Esta tarde, escuchando esta canción que me ha enviado un amigo a modo de despedida, me ha venido a la mente todos esos amigos que he ido perdiendo por el camino porque el caprichoso Cupido no ha disparado a ambos bandos. A veces la culpa ha sido de Cupido, a veces de las situaciones que se han dado y otras veces el no poder albergar en un mismo corazón dos personas al mismo tiempo. Pero sea la causa que sea, a la larga las consecuencias casi siempre han sido las mismas: un corazón no correspondido, una alma arrugada y una amistad cada vez más dificil de llevar sinó se encuentra la la pócima que haga compatibles sentimientos diferentes.
Entre recuerdos me ha asomado alguna que otra sonrisa recordando algunos momentos vividos con ellos, pero han acabado borrándose de mi cara al recordar que ya no los tengo tan a mi lado. ¿Qué difícil es ser amigo/a de alguien al que amas y del que no puedes ser correspondido, verdad? tan difícil que en la mayoría de casos la distancia es la única salida que se encuentra. Corazón partido por el amante no conseguido y corazón partido por el amigo perdido. Ambos bandos acaban perdiendo cuando no se es capaz de controlar los sentimientos. Pero, ¿es que a caso es posible controlar los sentimientos para hacerlos ir por el camino que queremos?
Esta semana un nuevo amigo ha partido, un amigo al que no le he podido tampoco corresponder como él hubiese querido y con el que los años han ido desgastando esa gran amistad que hemos tenido desde niños al no hacer posible congeniarla con el amor que él sentía por mí. La verdad, creo que aún no he aprendido como actuar en estos casos. Soy muy patosa al tratar los sentimientos, lo acepto. La incomodidad de la situación, la unión con ese amigo y la estima que una le tiene hace que una no sepa nunca cuál es la mejor manera de conseguir mantener dicha amistad sin casuar daño y a una siempre le queda la sensación de no haberlo hecho bien.
En estos momentos, le deseo que le vaya muy bien en su nueva vida por Jaen. Él sabe que le deseo todo lo mejor de todo corazón y que siempre que quiera, aquí tendrá a una amiga.
Entre recuerdos me ha asomado alguna que otra sonrisa recordando algunos momentos vividos con ellos, pero han acabado borrándose de mi cara al recordar que ya no los tengo tan a mi lado. ¿Qué difícil es ser amigo/a de alguien al que amas y del que no puedes ser correspondido, verdad? tan difícil que en la mayoría de casos la distancia es la única salida que se encuentra. Corazón partido por el amante no conseguido y corazón partido por el amigo perdido. Ambos bandos acaban perdiendo cuando no se es capaz de controlar los sentimientos. Pero, ¿es que a caso es posible controlar los sentimientos para hacerlos ir por el camino que queremos?
Esta semana un nuevo amigo ha partido, un amigo al que no le he podido tampoco corresponder como él hubiese querido y con el que los años han ido desgastando esa gran amistad que hemos tenido desde niños al no hacer posible congeniarla con el amor que él sentía por mí. La verdad, creo que aún no he aprendido como actuar en estos casos. Soy muy patosa al tratar los sentimientos, lo acepto. La incomodidad de la situación, la unión con ese amigo y la estima que una le tiene hace que una no sepa nunca cuál es la mejor manera de conseguir mantener dicha amistad sin casuar daño y a una siempre le queda la sensación de no haberlo hecho bien.
En estos momentos, le deseo que le vaya muy bien en su nueva vida por Jaen. Él sabe que le deseo todo lo mejor de todo corazón y que siempre que quiera, aquí tendrá a una amiga.
Parece mentira, pero el amor a veces une y a veces separa