De nuevo un año más. Afortunada de poder haber contado con un año más. Un año que me ha vuelto a traer buenas y malas noticias. Momentos dulces, momentos amargos. Y a cuál más dulce al lado de mi pequeño retoño. No hay cosa que se pueda equiparar a la felicidad que te llega al ser Madre.
Un año lleno nuevamente de decenas de incógnitas que sólo los días han ido desvelando. Un nuevo año dónde el enigma de cada una de esas incógnitas ha vuelto a hacer que el tic tac de mi corazón nunca pare. Corazón vivo, a veces para sufrir; vivo, a veces de felicidad.
En un año muy duro para muchas y muchas personas de nuestro alrededor qué mejor deseo que pedir para este 2012: sentido común y muchas oportunidades para todos nosotros.
Esta vez quiero despedir este año y dar la bienvenida al 2012 con todos vosotros a través de este villancico de este texto:
"El despistado, se tropezó con ella
El violento, la usó como proyectil.
El emprendedor, para construir.
El campesino, cansado, la utilizó para sentarse.
El niño la usó como juguete.
Drummond, la usó como inspiración.
David, la usó para matar a Goliat.
Y Michelangelo, sacó de ella una magnífica escultura."
El violento, la usó como proyectil.
El emprendedor, para construir.
El campesino, cansado, la utilizó para sentarse.
El niño la usó como juguete.
Drummond, la usó como inspiración.
David, la usó para matar a Goliat.
Y Michelangelo, sacó de ella una magnífica escultura."
En todos estos casos la diferencia no está en la piedra, sinó en el Hombre.
No existe piedra en el camino que, la mayor parte de veces, no la puedas aprovechar para tu propio crecimiento.
Recordemos que los caminos de ayer ya no valen para hoy. Que el 2012 nos traiga un sinfín de nuevas oportunidades para construir de nuevos.
Que el 2012 sea el inicio de un feliz camino, queridos amigos