Qué fácil es vivir los momentos alegres. Qué difícil sobrepasar y vivir los difíciles.
Considero que no nos educan para las fatalidades. Y hoy en día, no sólo eso, sinó que creamos niños burbuja.
Y así llegamos a no estar preparados para soportar, escuchar o acompañar a una persona triste. Y una persona triste puede llegar a sentirse totalmente sola aún estando rodeada de mucha gente. ¡Qué difícil son esos momentos! Y todos pasamos tarde o temprano por ellos.
Qué fácil salir de fiesta, o acompañar en momentos alegres. Pero, ¡cómo nos "incomoda" acompañar en una enfermedad, en una pérdida, o en la depresión y la tristeza!. Y, ¡cómo nos incomoda pedir ayuda, pedir compañía....!
Empatía, comprensión, compañía, aceptación...escuchar, estar presentes...
Dejarse acompañar, dejarse querer, dejar que alguien esté presente en esos momentos tristes...
Deberíamos aprender a vivir esos momentos, a compartir esos momentos, tanto dando como recibiendo. Porque tanto da el que recibe, como recibe el que da.
No hay comentarios:
Publicar un comentario