De las que prefiere envejecer con sentido del humor que sin sentido.
De las que va de camino a la frutería memorizando "un kilo de tomates, un kilo de tomates, un kilo de tomates, un kilo de tomates, un kilo de tomates..." para llegado el momento pedir un "culo de tomate".
De las que destroza el refranero.
De las que se tropiezan con las farolas (¡¿quién demonios las mueve?!).
De las que todavía imprime las fotos.
De las que todavía camina mirando al cielo.
De las que les encanta comer ese delicioso pan de misa (es por lo único que me haría religiosa).
De las que todavía da de comer al tió y va a esperar a los Reyes Magos.
De las que perdona, pero no olvida.
De las que se monta mil y una historias.
Y de las que mil y una veces se propone cambiar y nunca lo consigue.
De las que todavía piensa en ti.
Porque dónde quieras que estés, con quién quieras que estés...ya sabes.