19 de abril de 2018

La felicidad reside en el chocolate

Ese momento en el que decides pasar de todo, apartar tus responsabilidades durante un rato y sentirte libre por la ciudad comprándote uno de esos enormes, deliciosos y únicos donuts de chocolate de la histórica pastelería  Reverter.

- ¿Me lo puedes partir por la mitad, por favor? Así me como ahora un trozo y mañana el otro.

Inocente de ti Gaia, al final acabaron ambos trozos en tu panza en menos que canta un gallo. Pero comer un donut gigante de chocolate andando despistada por las calles puede traer consigo considerables consecuencias, como....llegar a casa y darte cuenta que anduviste varias horas por la capital con los morros y parte  de los mofletes llenos de chocolate...de bastante chocolate.

Ese breve instante que separa la sorpresa al descubrir tu cara llena de chocolate frente al espejo y la carcajada no tiene precio.

No, no deis más vueltas de las necesarias. La felicidad no está tan escondida ni requiere de descifrar magistrales fórmulas matemáticas, la felicidad se encuentra en esa cara de chocolate.

3 de abril de 2018

El amor siempre suma



No se trata de decidir qué persona podría rellenar tus huecos sinó en encontrar a aquella persona con la que te apetecería compartir tu vida (o una etapa de ella). Se trata de encontrar (o tropezarse o esperar o lo que demonios queráis) a aquella persona con la que notas mucha afinidad, muchas cosas en común y... ¡qué leches! a esa persona que te haga tambalear hasta los cimientos de tu propia existencia sin necesidad de atarte a ella, porque el amor no es prisión, el amor no es tener que renunciar, el amor es compartir en libertad, esa misma libertad que es la que te hará vivirlo realmente en toda su esencia, en toda su magnitud. 

Hay una frase que estoy harta de ver como la gente la comparte y que dice "si amas a alguien, déjalo ir, si regresa es tuyo, y sinó nunca lo fue". Yo la cambiaría por "si amas a alguien, déjalo ser" (¡y punto!), porque nadie es propiedad de nadie. La posesión mata el amor, la posesión lleva a sentirte superior a tu pareja, a querer dominarla y a querer obligarle a ser y a hacer lo que a ti te gustaría, y no lo que el otro querría. Y entonces eso no es amor. Porque eso implica que en la pareja uno de los dos es superior al otro. En el amor, todos somos iguales, y si lo que pretendes es cambiarle, señal que ese amor no fue verdadero, porque el amor verdadero le acepta tal y como es, y siendo ambos tal y como soys, os amáis, os admiráis, os respetais y decidís libremente compartir vuestra vida, o parte de ella, de la forma que más os apetezca, sin estereotipos. Tú no eres quien decide cómo tiene que ser alguien, pues es cada cuál quién debe hacer esa elección, y si no te gusta como es... aire, que vol dir vent.

En el amor 1+1 no es 1, en el amor 1+1 es 2, y siempre será 2, tú y la otra persona, cada una completa por ella misma. El amor siempre suma, nunca resta, ni a ti ni al otro.

Nunca creí en eso de la media naranja, porque no existen medias personas, todos somo una entera, de los pies a la cabeza. Así que no andemos buscando a medias personas, y ojo, si la encuentras, mal vas tú y el otro, pues lo que compartiréis no será amor sinó necesidades. Sé tú, vive tú tu propia vida, y si quieres, compártela con otra persona, pero nunca busques en los demás la solución a tus carencias, esa solución la tienes que encontrar tu mismo.

Hay muchas maneras de vivir el amor, de sentirlo, de cantarlo, de escribirlo, de vivirlo... pero sólo tengo una manera de entenderlo. 

El amor no es como te lo cuentan, sinó cómo tú lo vivas. Y tu felicidad no depende de los demás, sinó de ti mismo. Así que decide qué es lo que a ti te hace feliz, y si te apetece, compártelo.

Mucho amor verdecill@s.