22 de enero de 2012

Como espejos


De siempre oímos eso que los niños lo imitan todo, que son como el espejo de uno mismo. Pero no nos damos verdaderamente cuenta de ello y de su importancia hasta que somos padres y observamos a los pocos meses de vida como al estornudar él dice "achís", al aplaudir él aplaude, al hacer el indio él con sus torpes movimientos se pone la manita en la boca y empieza a emitir un ruidito semejante a uouououououo. Y es entonces cuando te planteas muchas cosas en relación a su educación y te das cuenta que la educación de tu hijo empieza por tu propia educación. Te das cuenta que si no quieres que tu hijo haga tal u otra cosa tienes que empezar elimándolas tú de tu propio comportamento. Y así, si eres de los que lees, a él le empezará a llamar la atención esos cuentos que hay en el cajón del comedor o en el revistero. Si comes saludablemente, a él le gustará comer frutas y verduras como a su mami. Si eres educado con los demás, si no gritas a la primera de cambio o si eres cariñoso y paciente, él será ese lindo angelito que todos soñamos que sea.

Así que dejemos de usar esas expresiones de "es que mi hijo es un monstruo!" o " es que mi hijo es un bicho y no sé qué hacer!" y empecemos a mirar primero qué es lo que hacemos nosotros. Ahí encontraremos la clave de muchos de sus comportamientos.

Desde luego que no soy ninguna pedagoga ni especialista en pediatría, soy simplemente una madre que acaba de ver como su hijo ha dicho "achís" después que yo estornudara. Soy otra madre más que dio a luz un hijo que vino a este mundo a aprender y que al final acabó enseñándome.



Los niños no son un ordenador cuyo disco duro está totalmente formateado y nosotros podemos grabarle todo lo que queremos, pero sí tenemos mucho que ver en el tipo de software que le instalamos.

17 de enero de 2012

Feliz primer cumpleaños

Parece que fue ayer que rompía aguas a las 3 de la madrugada y salía corriendo hacia el hospital y hoy, 17 de enero, hace ya un año que después de todo un largo día de parto y lleno de emociones, sacabas tu cabecita para saludar a este mundo. Para entonces no sabía como cojerte, alimentarte o cómo cambiarte los pañales. Pero de eso se aprende rápido, y los demás padres saben a lo que me refiero. Una no nace con las instrucciones grabadas en el cerebro para hacer de madre, pero como arte de magia, en sólo unas horas de tenerte entre mis brazos nació en mi toda una serie de aptitudes y actitudes hasta entonces desconocidas para mi que hicieron que pareciese una madre experimentada en tan sólo dos o tres días.

Recuerdo tu llegada a casa y como te instalamos en tu pequeño moisés. Como me pasaba largas horas embobada observándote cuando dormías. Recuerdo esas largas noches sin dormir, yendo como zombi por la calle, anhelando el poder dormir aunque fueran tres horas seguidas. Ya ves, yo que era toda una marmota, te imaginarás el cambio que me supuso. Desde entonces no duermo ni una noche de un solo tirón, pero no porque tú no duermas de un tirón, sinó porque ahora tengo un oído tan agudo que el simple movimiento de tus sábanas ya me despiertan. Recuerdo la primera vez que levantaste la cabecita en el suelo, tus primeros pasos, tu primeras frutas y verduras. Tus primeras carcajadas. Tus primeros dientes. Este año si ha estado repleto de algo es de "primeras cosas".

Cómo ha cambiado mi vida en estos últimos 365 días, pero no lo cambiaría por nada del mundo, no lo cambiaría ni por el mejor viaje, ni por volver a dormir diez horas seguidas cada noche. No lo cambio, no te cambio, por nada del mundo.

Te adoro. Te quiero.De tu mami.