31 de enero de 2022

Me perdí

 


Qué fácil es perderse entre las prisas, entre las responsabilidades, entre el no parar. Responsabilidades y prisas que me alejan de quién soy.

Qué fácil perderse entre los pensamientos, las ideas y las creencias.

Puedes llegar a perderte tanto que llega un momento en que ya ni eres capaz de encontrar el camino de regreso. El camino a perderse es fácil. El camino de vuelta no es ni fácil ni cómodo ni rápido ni recto. Y ese camino cambia a cada paso, por lo que hay que ser maleable, adaptable, ser barro, ser agua.

A veces será una canción quién te recordará que te has alejado. Otras un amigo, una mala experiencia, esa sensación de estar viviendo sin vivir o simplemente el perder aquella sonrisa.

Es bello tener en el camino esos albergues donde poder reposar y leerte a ti misma para reecontrarte, pero tampoco pasa nada ni debemos sentirnos culpables si no podemos cada día tener tiempo para regalarnos, para dedicárnoslo a nosotras mismas. La primera aceptación es la que no somos perfectas y debemos vivir con nuestras imperfecciones, con nuestras idas y venidas, con nuestras pérdidas de caminos. A veces, no es tanto cuestión de ir encontrando albergues en el camino sinó de hacer de tu camino tu albergue, con sus pros y sus contras. Me encanta cuidarme y hacer lo que me ilusiona. Pero también me encanta cuidar e ilusionar a los demás.

Y así es como vamos perdiéndonos para encontrarnos, como aquella película del gato y el ratón.




 

 

Hierbas


Cada cuál escribe su propia vida,

impregnada en tinta de sudor y lágrimas,

alegrías e ilusiones.

Las casualidades se dan porque hay unos hechos que las preceden, 

y me excita pensar que desconozco las que me depararán el futuro.

La incerteza de la vida, que te hace herbir la sangre, tambalear el corazón y sentirte viva.

Seguiré recorriendo con mi mirada las estrellas,

acariciando las ramas del camino,

y guardando en el cajón aquellos recuerdos sin olvido.

Y siempre, siempre, optaré por quedarme con las sonrisas.

 


27 de enero de 2022

Esperar o actuar


Cada día se nos plantea, contínuamente, en nuestra vida, dos opciones: actuar o esperar. Y no siempre habrá una única respuesta. En cada elección tenemos múltiples opciones, entre no hacer nada y hacer a la desesperada. Y el tomar esta decisión puede angustiar, ¿dónde dibujar la línea?

Los hay que siempre actuan y juegan, y de entre ellos los que abandonan y se frustan, y los que lo que lo consiguieron con éxito. 

Los hay que siempre se contentan con esperar y mirar. No actuar, no jugar, ya sea por falta de motivación, de necesidad o a lo mejor por falta de autoconfianza, en no creer que podemos conseguirlo.

Discernir entre actuar o esperar es todo un dilema, y esperar en momentos frenéticos o de emergencia, todo un reto, pues estamos hechos para reaccionar ante el peligro en vez de esperar y actuar con serenidad, lo cual seguramente sería más eficaz en la mayoría de ocasiones.

¿Dónde ponemos la línea entre actuar y esperar, entre jugar y no jugar?. La mayoría de nosotros ponemos esa líniea y discernimos esta cuestión siempre de forma automática. ¿Os imaginais tener que esperar, pensar y actuar en cada una de las cientos de decisiones que tenemos en nuestro día a día? ¡sería una locura! aunque sería obviamente lo recomendable, y seguramente lo más eficaz en el mayoría de ocasiones. 

Los hay que ante la duda, prefieren esperar. Pero también los hay que no están dispuestos a esperar pasivamente y dejar que sean los demás los que tomen las decisiones, sobretodo en un mundo que hoy en día ni es justo, ni durable, ni sostenible para el planeta. 

Dicen que la prudencia es de sabios, pero creo que una excesiva prudencia nos puede llevar al abismo, a la decadencia.

El éxito o fracaso de las decisiones del presente se conocerán en el futuro, pero para entonces ya habremos hecho. La pregunta es: ¿cuando repasemos des del futuro nuestro pasado querremos estar arrepentidos de lo que hicimos o de lo de dejamos de hacer?

Ni todo acontece cuando a ti te gustaría, ni todo lo que acontezca te gustará. Hay momentos para todo, pero no siempre van a estar ahí, esperándote eternamente. Las oportunidades pasan igual que pasan los trenes, estación tras estación.

Esperar a que las cosas acontezcan sólo te llevará a que pase el tiempo. Se pierde más tiempo esperando que actuando. Por eso siempre he creído que mejor hacer que dejar de hacer, como mínimo, no perderás tanto tiempo.

Qué fácil decir, que difícil hacer, ¿verdad?. Pero la vida al final siempre te acaba enseñando lo mismo, tu tiempo es limitado, así que no dejes para mañana lo que puedas hacer ya hoy.

Algunas no estamos dispuestas a esperar siempre pasivamente a que todo vuelva a ser cómo antes o a que las cosas cambien. 

Rabindranath Tagore pedía al Señor "sabiduría para discernir entre lo que podemos cambiar y lo que no, valentía para hacerlo cuando es posible y serenidad para aceptar lo inmutable."  Sabiduría, valentía y serenidad.



 

24 de enero de 2022

Complementos

 


 ¿Se puede saber qué es la Tristeza sin la Felicidad?

¿Se puede valorar la Presencia sin la Ausencia?

¿Se puede ver la Luna sin la Oscuridad? 

 

 

Encontrarme


Quiero al Sol cuando llueve,

y quiero a la tormenta cuando hace Sol.

Hay días que el cielo y el infierno se unen en mi corazón,

pero aprendí a ver la luz cuando se hace la oscuridad.

 

A veces lanzo lágrimas al vacío,

esperando a que nazca un nuevo día,

y me regale la oportunidad,

de vivirlo todo como si fuera posible volver a empezar.

 

A veces construyo grandes muros,

otras salto al abismo,

y en contadas ocasiones, 

dejo entreabierta la puerta hacia las dependencias de mi castillo.

 

Soy de las que piensa que la suerte no te busca, 

sinó que eres tú quién tienes que salir ahí afuera a buscarla.

Y que ante tus miedos

no habrá nadie que pueda superarlos por ti.

Tienes que ser tú. 

 

A veces perdiendo es cuando más se gana.

Siempre vuelven a salir flores sobre el camino pisoteado.

A veces busco un refugio dónde esconderme,

otras quiero perderme para volver a encontrarme.

 



 

 

23 de enero de 2022

Frágil


Nos educan para esconder y avergonzarnos de nuestras fragilidades. Pero no por esconderlas, desaparecen. Están ahí, siguen ahí, con nosotros, sin aceptarlas, escondiéndolas, avergonzándote incluso de ellas. Hasta que un día esas fragilidades de tanto esconderlas te rompen, y las piezas del puzzle se separan pareciendo imposible recomponerlo.

Y te pierdes entre esas piezas hasta que reconoces y aceptas que tú eres eso. Que tú también eres pedazos, inacabada, imperfecta. Que las cosas también se rompen para volverlas a recomponer. Y empiezas a coger una a una cada una esas piezas. Y las miras, las analizas y empiezas a reconstruirte.

Y vuelves a respirar aquellos anhelos y deseos y a dejar ir los miedos.



 

 

20 de enero de 2022

Liquidámbar

 


Me encanta mirar hacia el cielo, pero que tenga mi mirada hacía el cielo no significa que no vea lo que hay entre el cielo y la tierra. Como estos liquidámbares. Con esas ramas ya desnudas, pero sosteniendo todavía, a estas alturas, esas apetitosas bolas. ¿Nunca habéis jugado a los liquidámbares? es de las cosas más divertidas que hay. 

Hay que esperar a su justo momento, aquel en que las bolas ya están los suficientemente secas como para dejarse caer. Entonces tambaleas el árbol y empiezan a caer encima tuya decenas de bolas y de semillas. Yo y mis hijos somos polinizadores de estos árboles. Y estamos ya deseosos a que llegue de nuevo el momento para tambalearlos entre risas y polvitos de hada que nos llenarán cabellos y ropa. 

Liquidámbar. Una de mis especies favoritas, por su variabilidad en las diferentes estaciones, por la tonalidad rojiza de sus hojas en otoño y por sus bolas.

A veces abrigo con hojas mis vulnerabilidades. A veces desnudo mi alma. A veces brillo como las hojas rojizas, y otras alzo mi cabeza hacia el cielo dejando que me impregnen los polvitos mágicos de alguien.

Buenos días, verdecill@s. Que la fuerza, la belleza y la simpatía de los liquidámbares os acompañe.

 

Mandarinas

 


Odio las pepitas (hueso) de las mandarinas. Masticar un trozo de mandarina y notar con los dientes el crujir de una pepita en mi boca es una de las cosas que más angunia y asco me dan en esta vida. 

Y tengo una manía. 

Me es imposible meterme un trozo de mandarina en la boca sin antes escanearlo. Lo saco, lo cojo, lo planto frente al Sol y miro si en su interior tiene una pepita. Si la tiene descarto el trozo. Digamos que soy mandarina-selectiva.

Las personas somos como esos trocitos de mandarina. Algunas parecen apetitosas y jugosas por fuera, pero por dentro te repugnan. Las hay a quienes se les ve a simple vista. A otras al primer mordisco. Y a otras no lo descubres hasta que ya te has metido toda la pepita en la boca.



 

19 de enero de 2022

Reflexiones de un niño de 5 años


- Mamá, un día tenemos que ir a ver delfines al fin del mundo. 

- ¿Al fin del mundo?

-  Sí. ¿Tú sabes dónde está, no?

- Pues, la verdad, dicen que el mundo nunca se acaba, es infinito, así que no existe el fin del mundo.

- ¿Infinito? ¿no se acaba? lo que pasa es que nadie lo ha debido descubrir todavía. ¿Lo hacemos nosotros y así vemos los delfines?

- Vale, de momento, anoto para el el próximo viaje que estoy preparando  una exploración a buscar delfines, ¿vale? y lo de ir al fin del mundo, también me lo anoto en la lista que tenemos.

- Vale. Tengo hambre, ¿tienes algo en la mochila?

 

No, por favor, ahora empieza también el pequeño de la casa a hacerse también preguntas "filosóficas". Necesito un filósofo en la familia, y de forma urgente, para que me saque de estos marrones jaja.

 

Crujir

 

                                                         Crujir

 

Cuando ya cuentas con cierta experiencia, por no decir edad, una se da cuenta que toda y cada una de las relaciones que pasaron por tu vida, fueran de la índole que fueran, te enseñaron a ser una persona totalmente diferente a la que fuiste en su día. 

Tener pareja no significa dejar de ser libre. Compartir tu vida con alguien no significa tener que dejar de ser libre o tener que dejar de ser como eres, si estás con una persona que te comprende, que "soporta" tus "rarezas", tus manías, tu manera de pensar, y, tu forma de ser. 

Dejarse pulir. A veces nos oponemos firmemente a dejar de ser lo que fuimos para ser algo nuevo, nos aferramos a seguir siendo como siempre fuimos, sin evolucionar ni una pizca, aún sabiendo que necesitamos modificar ciertas cosas porque a veces incluso ni nos soportamos a nosotros mismos.

Si encuentras a esa persona que te comprende, a esa persona que tenga esas manos delicadas e inteligentes para pulirte; si nos relajamos y dejamos de estar constantemente en guardia con nuestra mente, quizás podamos dejar que nuestro corazón se abra y deje que algún día Cupido vuelva a disparanos su flecha y darnos una nueva oportunidad para cambiar y para crecer como personas.

Compartir la vida con alguien que te haga sentir viva y que te haga sentir más identificada contigo misma de lo que nunca antes hayas imaginado.

El verdadero amor te hace crujir de ganas, no de dolor.

 

Hoy es 20 de enero...

 

 


10 de enero de 2022

Sencillo


Vivir sencillo no es vivir con una mochila y lo que llevas en los bolsillos. Puedes vivir sin nada y vivir complicado. 

Vivir de forma sencilla no depende de lo que tienes sinó de cómo lo vives.

Vivir sencillo es vivir conscientemente con lo que haces, con lo que tienes, con tu alrededor, en todos los aspectos de tu vida. Hoy en día nada fácil, pero conseguirlo te permite poder también disfrutar de espacios y tiempo de descanso.

Vivir sencillo es desdramatizar, minimizar tus preocupaciones. Hay muchas preocupaciones que sobran y nos empeñamos en mantenerlas cuando en realidad son menos importantes de lo que pensamos y deberíamos dejarlas ir.

Vivir sencillo es seleccionar hacía dónde, qué y quiénes quieres dedicar tu tiempo y energía. Centrar tu esfuerzo y energía en lo que deseas y no por cosas que ya no tienen sentido ni lugar en tu vida.

Vivir sencillo es disfrutar también de las pequeñas cosas que dan sentido a tu vida, como esos paseos por la naturaleza, cuidar del huerto, las tardes de juegos de mesa con tus hijos o esa charla con un amigo.

Vivir sencillo es hacer la cima y estirarte encima de una colada de lava para disfrutar de la puesta de Sol.

Vivir sencillo no es sencillo en el mundo que nos devora día a día, pero es posible i gratificante, muy gratificante.


 

9 de enero de 2022

Sueña

 



 No quiero vivir en un sueño, pero no quiero dejar de soñar.

 

Aunque me duelan los finales, amo y me ilusionan los inicios.

Aunque sé que debemos vivir el aquí y el presente, sigo proyectándome en el futuro, porque el estar aquí y en el presente no está reñido con tener sueños, metas, objetivos. Son precisamente muchos de esos sueños, sean los que sean, los que dan también sentido a nuestra vida y nos animan a seguir adelante.

Y me encanta dibujar un futuro des de la calma, la tranquilidad y la serenidad. Dedicar un tiempo en pensar en mi futuro, un futuro que me ayude a tejer y dar todavía más sentido al presente. 


 


4 de enero de 2022

Regalo

 


Uno de los regalos que, a día de hoy, para mí es de los más preciados, sobretodo en un mundo tan repleto de pantallas y de ruido, es ver y escuchar.

¿No es un regalo sentir que alguien te ve y te escucha? Pero no verte de refilón o escucharte cómo música de fondo. Sinó de forma consciente y presente. Sentirte escuchado y visto.  

Muchas veces nos perdemos ante cosas lejanas cuando lo importante lo tenemos ya a nuestro lado. 

Así que mirémonos y escuchémonos más. Estemos presentes no sólo para nosotros mismos sinó también para los demás.

Mi propósito es hacer presente, conscientemente, cada momento de mi día a día. Y no olvidarme de la importancia de ello.

Escuchémonos. Veámonos.

 

2 de enero de 2022

Llenar el vaso

Si no te arriesgas a que salgan mal las cosas sin importancia no habrá posibilidad que las cosas importantes salgan bien.

Y que una cosa te salga mal o no te salga según tu previsión no es sinónimo que tu vida sea un desastre. Quién nada hace nada se equivoca, por lo que quién algo hace puede equivocarse. 

Todos hemos tenido épocas en que nos decimos en bucle aquello de "¡es que todo me sale mal!"

La vida no es una línea recta. Es una montaña rusa, con subidas y bajadas. E igual que cuando estamos arriba nos sentimos eufóricos y capaces de todo, cuando estamos abajo, nos sentimos pesimistas y llegamos incluso a pensar que el mundo está en contra nuestra, que hay una conspiración en contra nuestra.

La desmotivación, la desgana, la apatía...son sentimientos que todos tenemos en un momento y otro. Y no, no hay que rechazar estos sentimientos, pero tampoco hay que hacerlos nuestros de por vida. Tenemos que aprender también de los fracasos y seguir adelante. Sí, un fracaso puede llevarte a otro fracaso, y a otro y a otro, pero también puede acabar llevándote a un éxito.

En una sociedad donde nos meten con vaselina mensajes happy flowers, felicidad, optimismo, etc por doquier hay que, primero, ser consciente que nos están vendiendo un "producto" y, segundo, no querer reflejarnos en la vida que los demás te están vendiendo, sinó vivir la tuya y a tu manera. No es oro todo lo que reluce.

Así que si por estas fechas estás triste, no te sientas mal por ello. Estás triste y punto, por los motivos que sean. La vida no son sólo anuncios de turrones o Papa Noeles. Y todos en algun momento estamos tristes o desganados. No tienes por qué esforzarte sinó te sale estar alegre y feliz estos días. Sé cómo te salga de las narices. Pero tampoco te encalles en ello. No se trata de ser ni optimista ni pesimista, ni realista. Como siempre digo, se trata de mirar de añadir gotas de agua en al vaso, por mucho que ese vaso a menudo tenga agujeros. Nunca quedarnos de brazos cruzados. Y aceptar que a veces salen gotas del vaso.

Y sobretodo, no te rodees de Grinchs y gente que se beneficie de tu pesimismo o de tu bajo estado de ánimo para sentirse ellos bien.