24 de septiembre de 2012

Que el barro de la tormenta no nos paralice



El barro recubre el sendero
y las suelas de mis zapatos incrustran mi huella en este camino de retorno
Huele a tierra mojada 
Pequeñas gotas se deslizan mimosas desde las ramas más altas de los árboles
hasta dejarse caer sobre mi empapado cabello para después masajear mi risueño rostro
A lo lejos empiezan a emerger nuevamente tímidos cánticos de pájaros 
escondidos aún después de la tormenta
Los truenos dejan lugar al silencio
Las nubes al arcoiris
y la lluvia a los cálidos rayos de un radiante día
Es el momento
Miro hacía el cielo
Abro mis brazos
Respiro hondo
No hay mayor regalo para este día que este refrescante despertar 


Por muchos obstáculos que me ponga esta vida aun sigo pensando que después de cada tormenta siempre llega la calma y que es gracias a la experiencia y al aprendizaje que nos aportan estos momentos difíciles que somos después capaces de valorar las cosas tal y como se las merecen. Pueden llegarnos mil y una tormentas, pero con una aptitud positiva y luchadora siempre la vida nos regalará nuevamente con uno de esos Momentos. A lo mejor durará sólo unos meses, o unos días o puede que sólo unos minutos, pero ese Momento dará sentido nuevamente a toda nuestra vida y será como un nuevo "volver a empezar".

No seais tontos, y no dejéis pasar esos Momentos. Que la tiniebra de nuestro día a día no nos haga volvernos ciegos ante las cosas que dan verdaderamente sentido a nuestras vidas. Que no nos hagan perder nuestro rumbo. No tengamos miedo a hacer mil y un "volver a empezar" en nuestras vidas. Lo que verdaderamente nos mata no son los obstáculos sinó nuestra indiferencia.









5 de septiembre de 2012

El retorno


Regresé. Y como se suele decir, con las pilas nuevamente cargadas para comerme otra vez el mundo, o si más no, diblarlo, que ya es mucho. Respiré aire fresco de la montaña, remojé mi piel con algun que otro chaparrón, temblé con el agua fría de los ríos, embarré nuevamente las chirucas, noté en mi piel las gotas frías de sudor tras una travesía y el placer de cambiarse de botas una vez terminada. Celebré mis propios San Fermines ecuestres (mejor no os lo cuento porque os reiríais de mi jeje), fotografié vacas, caballos, flores, nubes...es que hay tanto que emmarcar en este mundo!. Corrí, salté, canté, bailé...descansé y lo disfruté. Qué más se le puede pedir a unas buenas vacaciones?

Mi único deseo en estos momentos es ser capaz de mantener y preservar hasta el año que viene este cúmulo de buenas sensaciones que me han regalado éstos últimos días. No hay nada mejor para enfrentarse y salir victoriosa de todo lo que se me venga encima que despertarse cada día con esa sensación que pase lo que pase siempre podemos encontrar algo bueno.

Así que aquí me tenéis nuevamente, no sé si más inspirada o menos que antes...igual mi inspiración prefirió quedarse por allí arriba, perdida entre matorrales antes que regresar al humo de las ciudades. Si es así, tranquilos, que no tengo problema para buscarme cualquier excusa para regresar a buscarla y volver a disfrutar de unos días de nubes de algodón.

Un besazo a tod@s y aquí me tenéis de nuevo :)