29 de mayo de 2018

No malgastes



Vivimos 60, 70, 90 años, o puede que muchísimos menos. La mitad de este mundo busca la manera de salir del sistema que le tiene aprisionado y la otra mitad excluída se pasa la vida intentando entrar en él.

Desconocemos dónde empieza y acaba el Universo, si hay vida o no detrás de la muerte, en otro lugar o en otro tiempo. Si haces ésto le molesta al otro, sino lo haces... le molesta al siguiente. Planificamos más de lo que viviremos. Hacemos caso más de lo que deberíamos. Dejamos de hacer cosas por los demás, y pensar en el prójimo es mejor que en uno mismo.

Trabajamos, gastamos y volvemos a trabajar como si no hubiera algo más. Queremos limitar lo ilimitable, aprisionar lo aprisionable, mandar en los demás cuando no sabemos ni llevar el timón de nuestra propia vida.

Lloramos de tristeza más que de alegría. Nos reímos más de las penas de los demás que de un buen chiste. Está bien visto colgar en el muro lo bien que te fue el viaje, pero no que hoy estás jodidamente mal. Bla bla bla y bla bla bla...¡BASTA!

No importa si estamos In o Out en éste o en otro sistema, no malgastes en pensar en qué le gustaría a los demás que pensaras, ni en vestir como le gustaría que vistieras. Y sobretodo, no pienses más de lo estrictamente necesario para darte cuenta que ésta es la conclusión final: vive la vida lo mejor que sepas. No importa cómo, dónde, por qué, ni con quién. Vívela, estrújala, sácale el máximo partido, y si te sobra tiempo, entonces, y sólo entonces, dedícalo a pensar en lo otro. Porque de momento sólo conocemos esta realidad, esta vida, este momento.Y si lo haces con amor, con respeto hacia lo demás, sin egoísmo y siguiendo tus propios convencimientos y anhelos, seguro que todo lo que hagas estará bien, sea lo que sea.

Palabra de verdecill@.


 

17 de mayo de 2018

Quiéreme despeinada



Las mujeres hemos cambiado, ya no somos las de antes, somos más independientes, nos sentimos libres, no nos rendimos con facilidad y plantamos cara ante todo aquello que no nos gusta. Nos hemos convertido en más "sinvergüenzas", afrontando nuevos retos en busca de la tan ansiada igualdad. E igual que hemos cambiado en todos estos aspectos, hemos cambiado también en la manera de ver, vivir, sentir y entender el amor.

No quiero un amor, ni a alguien que me diga qué debo o no hacer. Sólo quiero a un compañero de vida, de aventuras y desventuras, que me comprenda, que me acepte tal y como soy y que nunca intente retenerme ni ponerme límites, ni cortar mis ilusiones. Quiero a mi lado a alguien que valga verdaderamente la pena, comprensivo, también independiente y crítico, pero con el objetivo de construir y no de destruir.

Porque yo me quiero tal y como soy y quiero a alguien que me quiera tal cuál. Sin más. Te prometo que si es así, yo te querré con cariño, respeto. Te comprenderé, te acompañaré y tampoco nunca te pondré límites ni cortaré tus alas, eso sí, intentaré curarlas cuando haga falta para ayudarte a emprender nuevamente el vuelo siempre que lo necesites. Porque si tú estás, yo estoy. Porque entonces, y sólo así, compartiremos, lucharemos y aprenderemos juntos.




Mereces un amor que te quiera despeinada,
incluso con las razones que te levantan de prisa
y con todo y los demonios que no te dejan dormir.

Mereces un amor que te haga sentir segura,
que pueda comerse al mundo si camina de tu mano,
que sienta que tus abrazos van perfectos con su piel.

Mereces un amor que quiera bailar contigo,
que visite el paraíso cada vez que ve tus ojos
y que no se aburra nunca de leer tus expresiones.

Mereces un amor que te escuche cuando cantas,
que te apoye en tus ridículos,
que respete que eres libre,
que te acompañe en tu vuelo,
que no le asuste caer.

Mereces un amor que se lleve las mentiras,
que te traiga la ilusión,
el café
y la poesía.

                                             Frida Kahlo