Demasiado a menudo pensamos más en aquello que creemos que no podemos hacer, en aquello que vemos difícil, porque pensamos que no tenemos la capacidad, el conocimiento o la aptitud necesaria para conseguirlo. Pero, ¿y si no fuera así?.
Nuestra mayor debilidad se puede convertir en nuestra mejor fortaleza. Para ello sé constante, ten confianza en ti misma y desarrolla aquello que verdaderamente se te da bien.
A veces es solo falta de ver la vida de otra manera y usar aquello que está en ti, tu esencia, de otra manera.
Mismas acciones te llevarán a un mismo final de camino.
Mismos pensamientos te llevarán a una misma conclusión.
Cambia de acciones, cambia de pensamientos y saca partido de ti.
No hay debilidad de la que, bien usada, no se le pueda sacar partido.
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