Hoy, Diada de Sant Jordi, de la leyenda de Sant Jordi, la princesa y el Drac, sigo reivindicando, un año más, que no todas las princesas tienen el pelo largo, suave y rubio y llevan vestidos brillantes y elegantes.
Todas podemos ser princesas, seamos como seamos.
No todas las princesas son frágiles, volátiles ni etéreas. Ni siempre son las víctimas, ni pedimos ni necesitamos ayuda para salvarnos de nuestros dragones. Algunas tienen una belleza "rara", son inquietantes, oscuras o misterioras y te arrastran con una bellaza que nada tiene que ver con su pelo largo o sus vestidos y tacones.
Porque no todas las princesas llevan tacones ni les queda tope guay los tops del Zara.
Algunas princesas saben empuñar espadas para defender reinos que no son de ningún príncipe ni de ningún padre rey, sinó de ellas.
Las princesas también van a caballo, cortan cabezas y juegan a futbol.
Sí, hay princesas con el pelo largo, suave y rubio. Pero también hay princesas de pelo corto y oscuro o con el pelo ondulado y rabioso. Hay princesas que van en bicicleta, tienen costras en las rodillas y que se ríen a carcajadas de la vida.
Hay princesas a las que nadie les quita ni dirige la vida.
...y para ser princesa no hace falta tener a un príncipe.
Feliç Sant Jordi!
Feliç Dia, Princesses, Prínceps i dracs!