A veces cerrarte en ti misma, disminuir el contacto social porque así lo sientes y necesitas, no es un castigo para los demás, sino un tiempo para ti y una oportunidad de volver a reconstruir todo lo que la vida te saqueó. Reconstrucción. Y a mi me gusta rebrotar des de mi propia semilla, no des de las semillas de los demás.
Tampoco me gusta llenar mi vida con relaciones superfluas y de postureo, sinó de gente para crecer juntos, porque el estar estancada me cansa, me agota, me desanima, me hace sentir que pierdo el tiempo, y me hunde como el lodo. Relaciones superfluas, para el decorado. Sólo las relaciones productivas y evolutivas pueden formar parte del el guion de la obra de mi vida.
Pueden llamarme exigente, incluso orgullosa. Yo le llamo querer recibir lo que doy. No esperar menos de lo que me merezco de la gente que entra en mi vida. De los demás, no espero nada, simplemente a veces juego a formar parte de su decorado.
¿qué es bueno?¿qué es malo?¿qué está bien?¿qué no está bien? Aquello o lo otro no es bueno o malo hasta que lo juzgamos. Así que, haz lo que te salga de la real gana, sin importarte lo que piense o diga el decorado. Haz lo que quieras hacer y cómo lo quieras hacer, pues al fin y al cabo es tu vida y eres tú quien decide qué hacer con ella.
Eres lo que vives. Eres lo que TÚ vives, no lo que piensan los demás de ti o lo que viven ellos a tu costa.
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