me quiero, no me quiere, me quiere, no me quiere...
vendrá, no vendrá, vendrá, no vendrá...
ganaré, no ganaré, ganaré, no ganaré...
accepto, no accepto, accepto, no accepto...
voy, no voy, voy, no voy....
vendrá, no vendrá, vendrá, no vendrá...
ganaré, no ganaré, ganaré, no ganaré...
accepto, no accepto, accepto, no accepto...
voy, no voy, voy, no voy....
Os habéis parado a pensar las veces que a lo largo de vuestra vida os habéis quedado absortos deshojando margaritas? y después os habéis preguntado qué hubiera pasado si en vez de haber permanecido sentados deshojando la margarita hubieseis actuado y hubieseis echo lo que vuestro instinto desde un buen principio os dictaba? Si la respuesta es SÍ, entonces: cuánto tiempo habéis perdido esperando una respuesta en ese último pétalo de la margarita? y si la respuesta de ese último pétalo fue "no", cuánto tiempo más habéis permanecido sin hacer nada esperando sentados a que llegara vuestra margarita? y cuántas margaritas nunca llegaron?. En definitiva: cuántas ilusiones perdidas, cuántas oportunidades, cuántos sueños incumplidos se llevaron cada uno de los petalos de la margarita? hasta qué punto ahora os arrepentís de no haber echo ciertas cosas por haber esperado a que simplemente sucedieran? Cuántas dudas, cuántas incógnitas del qué hubiera sido viven hoy en día con vosotros?
No, hace ya bastante tiempo que no me gusta deshojar margaritas. Porque las cosas no hay que esperar que pasen sinó hacerlas que ocurran. Porque dejar las cosas al azar, porque esperar a que siempre decida un tercero por nosotros sólo nos hará navegar al son de mar ajeno. Me desesperan las incertidumbres y prefiero conocer las cosas "ya", sean para bien o para mal, antes que refugiarme detrás de los petalos de una margarita. Por eso prefiero decidir a que me decidan, por eso prefiero arriesgar aún con el riesgo de perecer en el intento antes que quedarme con la incógnita del qué hubiera sucedido.
Este mundo está lleno de batallas perdidas sin ni tan siquiera haberlas empezado. Esta vida en cuestión de un segundo te puede poner patas arriba todo lo que tienes. Porque en esta vida no se puede vivir sólo a base de sueños. Por eso yo no quiero permanecer sentada deshojando margaritas, sinó que prefiero fabricarlas día a día, dibujando en cada pétalo todo aquello que he echo (me arrepienta o no de ello) y no de lo que hubiera podido hacer. Porque sé que me sentiré mucho mejor conmigo misma habiendo echo lo que quería, sea o no lo acertado, que no marchitarme por haber dejado la vida pasar reposando sobre un Sueño o esperando a que la fortuna consiguiera las cosas por mí. Y así, al final de mis días, espero tener un gran ramo de margaritas y no un manojo de pétalos volados al viento.
Prefiero tener unos pocos logros
que muchos sueños sin cumplir
que muchos sueños sin cumplir