Anoche vi llorar

Si el otro día os invité a un baño bajo la luz de la Luna, esta noche os invito a ver llorar.

Coged de nuevo esa toalla, esas sandalias y esa chaqueta por si el frío arremete.

Salid de casa y alejaos del mundanal ruido de ese luminoso lugar donde muchos vivimos.

Subid, escalad, recorred senderos hasta encontrar la cima de una montaña.

Estirad esa toalla y reposad sobre el suelo, esta vez sobre fresca hierba.

Abrid en silencio vuestros sentidos a lo que os rodea, al croar de una rana, al sonido de los grillos, al cantar del buho o el balanceo de las hojas de los árboles al son del suave viento de una noche de verano.

Respirad hondo, relajaos, abrid bien los ojos mirando el oscuro cielo y simplemente...observad. Véreis al cielo llorar centenares de estrellas.

Son en noches como la de ayer, mientras contemplaba alguna que otra lágrima, que mi mente vuelve a aprovechar la tranquilidad y el reposo para dar mil y una vueltas sobre muchas cosas. Es en momentos como los de anoche, tumbada sin hacer nada, simplemente mirando la immensidad del cielo, que me doy cuenta de las cosas tan insignificantes de las que nos preocupamos muchas veces. Y me siento tan chiquita... Me veo allá, estirada en la hierba, sobre ese gran prado, dentro de esa gran montaña, dentro de la Tierra, dentro del Sistema Solar, dentro de ... el infinito...que me doy cuenta de lo poco que somos, pero al mismo tiempo, siendo tan poco podemos hacer tanto bien...tanto mal...cuánto mal!

Si la Luna me limpia y el horizonte me brinda sueños, la immensidad del cielo me otorga miles de pensamientos.

Dicen que cada vez que veas una estrella fugaz tienes que pedir un deseo. Yo ayer ya pedí unos cuántos. Pero de nuevo nadie los conocerá porque esta vez quedarán entre yo, las estrellas y el infinito.

Cierta canción dice:

Cuando veas una estrella fugaz guárdala en tu corazón ,
es el alma del que consiguió,
dar a los suyos su amor 

Ojalá, algún día, me convirtiera en una de esas estrellas fugaz...

DISFRUTAD DE LAS LÁGRIMAS DE SAN LORENZO