Érase una vez la niña que salvó el planeta

Hoy, al mediodía, al salir del colegio, ha entrado a la oficina una niña acompañada de su abuelo, preguntando por la mujer de las "basuras" (que es como me conocen los niños con los que de tanto en tanto comparto clase) y me ha entregado lo siguiente:



Si picáis sobre la imagen se os ampliará, pero como me temo que igualmente el escaneo en blanco y negro no salió muy bien parado aquí os transcribo la poesía:

POESÍA
La niña que salvó el planeta

Esto érase que se era
una niñita cualquiera
que soñaba despierta
con salvar el planeta.

Era una niña muy lista
además de una artista,
con cuerdas, latas y chinchetas
hacía bellas marionetas.

Los cartones y latas usaba
para hacer casas de hadas
que con arte pintaba
y con retales decoraba.

El agua no malgastaba
pues sabía que se necesitaba
que las plantas morían
si agua no bebían.

Y colorín colorado
reduce, reutiliza y recicla
para tener un planeta
limpio y sano.

Es con gestos como éste que una se va llenando de pequeñas dosis de esperanza. Me encanta colgar y mezclar, entre esos fríos planos, gráficos, tablas y demás documentos burocráticos que tengo colgados por las paredes, obras de arte como ésta porque al mirarlas, sobretodo en momentos de esos ali caídos, una se llena del color, la sencillez, la sinceridad y la bondad de esos dibujos y poesías. No hay mayor recompensa que recibir gestos como éstos.

Ojalá fuéramos capaces de no manipular, tergiversar y moldear a todos estos niños al antojo de esos malos vicios que los mayores hemos adquirido. Ojalá, ya de mayores, conserváramos parte de todo lo que en su día tuvimos de niños.

Gracias a todos "mis niños".

Y quién sabe, a lo mejor alguno de estos niños salvará nuestro planeta...