19 de noviembre de 2011

Me gusta algo más que un culito



El verano deja al descubierto torsos, musculitos y tipitos de infarto. Chicos con prendas ajustadas, enseñando tatuajes y esos músculos de gimnasio. Ains, es que a una se le hace la boca agua. Pero, me pregunto si todos esos hombres desean sólo ser un mero atractivo sexual. Si todos esos hombres asumen conscientemente el papel de objeto erótico. Si es su único objetivo en la vida. Si su ego sólo se sube por las nubes cuando le sueltan un "vaya culito!". Me diréis que seguro que sí. Pues vaya pena.

Una de las tantas cosas que me llama la atención hoy en día es que cuánto más superficie de piel muestras más sexy eres. De verdad creéis todos que eso es así? que ser sexy es eso? No sé, pero a mi un hombre vestido como sea, pero que me muestre un andar terso y decidido, una mirada dulce a la vez que descarada y una sonrisa indiscreta me resulta mucho más sexy que todos los músculos al descubierto del planeta. Vamos, que un hombre así no puede hacerme evitar girar la cabeza. Y ese tipo de hombre no me provoca un "vaya culito!" sinó un "qué preciosidad!".

Para mi, pocos encantos tiene quien debe recurrir a lo más obvio para lograr que una mujer se fije en él. Lo verdaderamente sexy no reside en lo que se ve, sinó en lo que se insinúa.

Enseñar pecho no hace que un hombre sea más macho y mostrar un cuerpazo nos hace babear un tiempo, pero ser un encanto, una preciosidad, nos hace babear toda la vida.

Pero bueno, no quitemos mérito a todo ese musculito exhibicionista, pues han trabajado muy duro, casi no comen como les gustaría, horas y horas de gimnasio y se han gastado una pasta para ser esos tan deseados objetos sexuales. Para que después vaya una pámfila como yo y ni siquiera les demuestro el más mínimo interés más allá del "vaya culito!".

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