A lo largo de la vida llegarán ciertos momentos en que la Vida te sentará y te dirá "¡a ver si me haces caso de una vez!. Sólo viniste a vivir, no a ganar, saldar deudas ni demás. Sólo viniste a vivir'.
Esos momentos no tienen que ser malas experiencias, también son experiencias maravillosas las que te recuerdan para que naciste, para vivir y desdramatizar todo ese ruido que nos rodea, para así ser capaz de poner tu atención, tu esfuerzo y tu amor sólo en aquello verdaderamente importante.
Esos momentos te ayudan a volver a poner la ficha en el punto de partida para volver a tejer un nuevo camino, pero no des de cero, sinó des de todo lo aprendido. Porque si eres inteligente o, simplemente eres capaz de fijarte y recapacitar, reflexionar, de todo lo vivido, serás capaz de volver a empezar la partida con los comodines que te regala la experiencia.
La vida no es un único camino. Pueden ser dos, tres y centenares. Tantos como quieras empezar o tantos como de tu suela.
En esta vida sabes dómde empiezas pero nunca a dónde estarás un minuto antes de tu muerte. Y eso es tremendamente excitante y estimulante.
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