La vida es como el juego de ajedrez. Cada movimiento que haces puede cambiar el destino de la partida. No todo es blanco o negro, hay matices en cada decisión.
Como en el ajedrez, debes estar preparado para adaptarte, aprender de los errores y ser estratégico. Recuerda que, aunque un peón parezca insignificante, con paciencia y sabiduría, puede llegar a ser una reina. Así es la vida, llena de posibilidades infinitas.
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