Todos buscamos aquello que nos hace sentir bien y vivir en armonía y coherencia con nosotros mismos, desde nuestra profunda autenticidad.
Pero no es nada fácil. A veces perdemos de vista el tesoro que somos para poder encajar en una relación, en un trabajo, en unas amistades, con la familia, ...
Y entonces, sucede lo peor: ¡Nos perdemos a nosotros mismos!
Por la ansiedad de encajar en cualquier ámbito, para sentirnos aceptados, nos mimetizamos una y otra vez, alejándonos de nosotros mismos, hasta llegar a perder completamente nuestra esencia, ¡un precio demasiado alto!.
En esta vida no tendríamos que venir a encajar sinó a ser, sentir y sentirnos tal y como somos. Ese es nuestro verdadero tesoro personal. Y mientras no sea así, continuaremos sintiéndonos esclavos y la armonía parecerá que nunca llega a nuestra puerta.
No nos perdamos queriendo ser o parecer quienes nunca seremos. O al menos, intentemos llevar al máximo esa premisa para mitigar sus consecuencias y que no se acabe de enterrar, para siempre y por completo, esa autenticidad con la que nacemos cada uno de nosotros.
Cada uno de nosotros lleva una estrella en su interior, única e irremplazable. No la dejemos apagar por la luz de otros.
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