Es curioso. Cuánto mayor te haces, más consciente te haces que cada vez te queda menos en este mundo, y menos ganas tienes de perder el tiempo.
Pero, al mismo tiempo, más aprendes a disfrutar de las esperas.
Es curioso. Cuánto mayor te haces, más consciente te haces que cada vez te queda menos en este mundo, y menos ganas tienes de perder el tiempo.
Pero, al mismo tiempo, más aprendes a disfrutar de las esperas.
Querido amante,
Nos escuchábamos, nos leíamos, con admiración, y pienso que cuando nos conocimos nunca lleguemos a imaginarnos hasta dónde podríamos llegar y hasta dónde hemos llegado.
Hacíamos y deshaciamos palabras, hacíamos y deshacíamos momentos. Compartimos un tesoro.
Hemos sido la sombra el uno del otro, pero dándonos la luz más radiante que podíamos ofrecernos. Éramos luz y oscuridad, miedo y valentía, paz y guerra, dulce y amargo.
A veces creemos que lo tenemos todo aprendido, hasta que llega esa persona capaz de romperte la coraza y hacerte sentir como si no supieras nada.
Hemos sido maestro y aprendiz al mismo tiempo.
Y ahora te abrazo, te abrazo fuerte y te digo que todo pasa, rápido o más lento, pero todo pasa, y que las cosas que han valido la pena son el mayor antídoto para el futuro.
No te necesitaba, simplemente... me enamoré.
"Dicen que antes de entrar en el mar, el río tiembla de miedo. Mira para atrás todo el camino recorrido, las cumbres, las montañas, el largo y sinuoso camino abierto a través de selvas y poblados, y ve frente de sí un océano tan grande, que entrar en él solo puede significar desaparecer para siempre. Pero no hay otra manera, el río no puede volver. Nadie puede volver. Volver atrás es imposible en la existencia. El río necesita aceptar su naturaleza y entrar en el océano. Solamente entrando en el océano se diluirá el miedo, porque solo entonces sabrá el río que no se trata de desaparecer en el océano, sino en convertirse en oceáno."
(Khalil Gibran)
Una bonita reflexión. Dar el salto hacia los cambios o mantenernos en la zona de confort, esa que aparentemente nos proporciona seguridad y bienestar, porque sólo hacemos lo que sabemos hacer, pero que nos acaba limitando a la hora de conocer y poder vivir otras alternativas y oportunidades.
La vida te impulsa a tirar hacia delante muchas veces sin mirar atrás, sin pensar en el mañana y sin estar en el presente. Fluir le llaman algunos. Pero cuando soy consciente de ello, que la vorágine diaria me vuelve a llevar corriente abajo de forma descontrolada, me paro, respiro y me pongo a reflexionar.
A veces es que no queremos ver lo que nos está sucediendo. Otras que nos pasa por alto.
Y es ese bajar de nuevo, de forma consciente, a la realidad, que me hace volver al equilibrio y volver a poner a las cosas, y a las personas, en su lugar.
Pero una reflexión sin acción queda en saco roto, se tira al vacío. Y es ahí donde llega el trabajo más duro la mayoría de veces: decidir entre lo que te dicta la razón o el corazón.
Pero siempre llego al mismo final de camino, una mezcla de ambas cosas, razón y corazón, junto con esa pizca de intuición, que pocas veces suele fallarme.
También os diré que la razón muchas veces va mermando mi corazón. Pero creo que también eso es necesario, porque sinó habría personas que te acabarían pisoteando en nombre del amor.
Soy crítica con los demás, pero también lo soy, y mucho conmigo misma. Y no exijo a los demás ni más ni menos de lo que me exijo a mí misma.
Las palabras muchas veces vienen cargadas de concepciones erróneas o interpretacions inadecuadas, que dan lugar a malentendidos y a criticarnos destructivamente. Y es cosa de cada uno de nosotros, llegar a entendernos.
Pero a veces ese dibujo que nos hacemos de la otra persona, junto con esa mezcla de emociones y sentimientos, nos nublan la vista y nos la desvían hacia el "lado oscuro", aquel destructivo y autodestructivo, en el que sólo haces una lectura negativa de lo que es y te dice la otra persona.
Continúo creyendo en que el diálogo es la mejor arma para crear, para construir, para avanzar...porque para destruir y retroceder no me busquéis, hace tiempo que no me interesa.
Mi vaso de agua es muy grande, pero también llegar a colmarse.