2 de noviembre de 2022

Inspira, inspírate

 


 Vive para inspirar y no para impresionar.

 

Actualmente vivimos en un mundo diseñado para impresionar. En un mundo dominado por las apariencias distribuidas por las redes, dónde predomina el  mostrar lo que eres y lo que tienes simplemente para impresionar y conseguir Likes. Pero no sólo en redes. Debes impresionar por doquier. A esa persona de la que te has enamorado o fijado, al jefe de recursos humanos de esa empresa dónde quieres trabajar, a tus hijos, al vecino... Y llegamos incluso a pensar que si no impresionas, no existes.

Vivimos en la era de enseñar, mostrar lo que somos o hemos conseguido sólo para impresionar, y no para inspirar. Por eso sólo se muestra, y se valora, el resultado, no el camino para conseguirlo. Y es precisamente el camino para conseguirlo lo que puede inspirar a los demás, mucho más que el resultado.

Ser inspiración es aspirar a mucho más que no impresionar.

Es sentir, transmitir, compartir, aprender, enseñar, enamorar y enamorarse, amar y dejarse amar, y mucho más.

Inspirar es enriquecerte no sólo a tí, sinó a los demás. Enriqueserse los unos a los otros. Qué sinergia más preciosa, ¿verdad? Y aunque muchos me lo negaréis, para mí, inspirar es mucho más difícil que impresionar. Para inspirar no se vale con un simple truco de chistera.

Nunca he sido de las que ha hecho las cosas para impresionar, más bien he sido todo lo contrario, he ido regalando mis éxitos a los demás. Y he sido feliz así. Nunca he necesitado las palmaditas en la espalda para hacer lo que hago, ni para motivarme. Y ver que los demás disfrutaban de mis éxitos, me ha hecho feliz. Decidme tonta, pero soy así. Lo que me ha hecho sentir más feliz y llena no ha sido nunca el resultado ni quién se llevó la "fama", sinó el haber sido capaz de recorrer el camino, ese invisible camino que muchas veces ni yo misma creía capaz de recorrer. Eso es lo que verdaderamente me llena. Ya lo decía el Principito: lo esencial es invisible a los ojos.

No sé si a lo largo de mi vida habré conseguido inspirar a alguien, pero tengo claro que no he vivido para el aplauso. Será por eso que siempre resté importancia el ser la más lista e inteligente de la clase, e incluso ante todas mis posibilidades, siempre opté por pasar desapercibida. Nunca me llenó ser el centro de atención, me llenó y me hizo feliz sentirme bien y feliz conmigo misma al superarme día tras día y verme capaz de superar obstáculos para conseguir mis objetivos. Y poder enseñar y compartir con los demás ese camino para poder conseguir esos objetivos, también me ha hecho siempre muy feliz.

Cuando encuentras a alguien que te inspira, ¡qué bonito! y ¡cómo se simplifican las cosas! y ¡cuántos nuevos objetivos se abren en tu mente!

Inspira y que te inspiren. Compartamos y crezcamos. Enriquecemos nuestra vida y hagamos entre todos un buen caldo. 

Podría decir que inspirar es uno de los verbos que considero más bonitos y preciosos.  

Inspírate y déjate inspirar.

Inspira, espira, inspira, espira...ains no, eso era yoga jaja.

Buen e inspirador miércoles, verdecill@s.


 

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