Quiero al Sol cuando llueve,
y quiero a la tormenta cuando hace Sol.
Hay días que el cielo y el infierno se unen en mi corazón,
pero aprendí a ver la luz cuando se hace la oscuridad.
A veces lanzo lágrimas al vacío,
esperando que nazca un nuevo día,
y me regale la oportunidad,
de vivirlo todo como si fuera posible volver a empezar.
A veces construyo grandes muros,
otras salto al abismo,
y en contadas ocasiones,
dejo entreabierta la puerta hacia las dependencias de mi castillo.
Soy de las que piensa que la suerte no te busca,
sino que eres tú quien tienes que salir aquí fuera a buscarla.
Y que ante tus miedos
no habrá nadie que pueda superarlos por tí. Tienes que ser tú.
A veces perdiendo es cuando más se gana.
Siempre vuelven a salir flores sobre el camino pisado.
A veces busco un refugio donde esconderme,
otras quiero perderme para volverme a reencontrar.
Sabe que uno de sus principales desequilibrios está en la dimensión de la palabra. Le cuesta guardar silencio cuando debería, y cuando habla, siente que sus palabras no acaban de encajar con sus pensamientos. Siempre ha tenido la sensación de no poder expresarse cómo debería. Habla demasiado o no habla nada.
Quizás porque la palabra es un reflejo del alma. Y su alma puede gritar y desbordarse sin control o quedarse atrapada y reprimida.
Siente que necesita encontrar equilibrio, transmitir armonía. Predisposición a comprender y expresar sus propios sentimientos de manera clara y significativa, con respeto hacia ella misma y hacia los otros.
El hada de fuego te desea buenas noches
con su luz cálida y su magia ardiente
te rodea en un sueño de colores y chispas
y te protege de las sombras y el frío.
EL hada de fuego te cuchichea en la oreja
historias de dragones, volcanes y estrellas
te lleva a un mundo de aventuras y maravillas
y te hace sentir el calor de su amistad.
EL hada de fuego te regala una sonrisa
con su alegría contagiosa y su gracia radiante
te llena de esperanza, ilusión y fantasía
y te prepara para un nuevo día de luz y radián.
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Desde la paz y tranquilidad que me otorga la Luna, observo, con distancia, el planeta Tierra. Veo como, cada vez más, parece que las decisiones que tomamos se nutren más de la confrontación que de la colaboración. Es cómo si, en lugar de buscar puntos en común o construir sobre el que nos une, nos estuviéramos posicionando constantemente en contra de algo o de alguien. Esta dinámica me hace reflexionar profundamente sobre las implicaciones que tiene en nuestras relaciones.
Parece que la sociedad actual fomenta un ambiente donde es más fácil oponerse que no defender una causa. Las discusiones a menudo se convierten en debates acalorados, donde las voces que se hacen sentir más son aquellas que critican o rechazan, en vez de las que proponen soluciones constructivas. Y veo como esta tendencia a posicionarnos en contra está creando cada vez más un clima de división y desconfianza, a nivel global y a nivel de las relaciones interpersonales.
Además, esta confrontación no solo se da entre nosotros y los otros, sino que también se manifiesta en nuestro interior, con nuestras propias opiniones, valores y emociones.
Reflexionando sobre todo esto, me pregunto cómo podemos revertir esta tendencia. Quizás es hora de volver a empezar a buscar el que nos une, de fomentar el diálogo y la escucha activa. En lugar de centrarnos en el que nos separa, podríamos intentar construir puentes y encontrar soluciones que beneficien en todos. Ponts con los otros y, con nosotros mismos. Solo así podremos mejorar nuestras relaciones y crear un entorno más positivo e inclusivo, tanto para nosotros mismos como para los que nos rodean.
*Construïr desde los puntos en común versus confrontación.
🖋 Solo son reflexiones de una mujer a veces, un poco "lunática".
Ser sensible en un mundo cruel puede ser demoledor. A veces, es necesario reprimir esa sensibilidad para sobrevivir y fortalecerse. Sin embargo, no olvidemos que también es importante encontrar el momento, las personas y la forma de volver a mostrar esa parte de nosotros.
El ayer es lejano y no podemos cambiar lo que ya sucedió. Los recuerdos y las lecciones aprendidas son valiosos, pero no tienen que retenernos.
El futuro, por otro lado, es incierto. Un horizonte lleno de posibilidades que todavía no han llegado.
Así que prioricemos el Aquí y el Ahora, porque es en el presente donde podemos descubrir la verdadera magia de la vida.
Baila con alegría, canta con pasión, y abraza y no dejes escapar cada buen instante ni persona que encuentres en tu camino. La vida también puede ser un viaje maravilloso, pleno de momentos y personas que merecen ser vividos con intensidad.
Que el pasado sea nuestro compañero y el futuro nuestro guía, pero vivamos con los pies firmemente plantados en el presente. No permitimos que los remordimientos, las culpas o los miedos al desconocido nublen nuestro camino.
La verdadera magia ocurre aquí y ahora. Así que saca la varilla mágica de tus sueños, cálzate las chirucas y disfruta del camino. La verdadera esencia de la vida se encuentra en el presente, en el aquí y el ahora, donde se tejen los recuerdos más bellos y se forjan los sueños más grandes.
Que el pasado nos acompañe y el futuro nos guíe, pero vivamos con los pies sobre la tierra, en el presente, sin dejarnos contaminar por remordimientos, culpas ni pensamientos de cosas que pensamos y puede ser que nunca acaben pasando.