26 de junio de 2018

Maltrato: de cómo una víctima se convierte en el culpable



"El 40% de los españoles culpa a la maltratada por no irse de casa”.

Tremenda esta estadística, que lo único que refleja es que ese 40% no tiene ni puta idea del tema. Y sí, dejadme que hoy sea malhablada, pero es que este tema estos últimos meses me ha tocado muy de cerca y me arde la sangre al ver que en este mierda de país se llena el gobierno la boca de buenas intenciones hacía las mujeres maltratadas y a la hora de verdad, ¡todo mentira!, siguen quedando a solas ante el peligro. Sólo os pondré un ejemplo: ¿por qué una mujer que ha denunciado a su marido por maltrato (de momento psicológico, no físico, "de momento"), que ya tiene una condena de 10 meses y que ha pedido el divorcio tiene que permanecer viviendo con su hijo menor de edad bajo el mismo techo ¡hasta dos meses! para que no pierda el derecho a su mitad de la vivienda? porque claro, si se va a vivir fuera de casa el monstruo la puede denunciar por abandono de hogar. Sí, ya, seguro que ese 40% pensaréis que primero la vida, que deje igualmente su hogar... claaaro, fácil es decirlo cuando por culpa del maltrato psicológico que has sufrido durante años y que te ha hecho sentirte menos que un trocito de mierda no trabajas... te vas, y después pierdes la custodia de tu hijo, teniéndolo que dejar en manos de un monstruo, y además te quedas sin un duro para vivir. Cruzando los dedos estoy todas estas semanas para que llegue de una vez por todas esa dichosa sentencia o medidas cautelares o lo que sea para que mi amiga pueda irse de casa sin perder su parte de propiedad, y lo más importante, su hijo. Miedo me da lo que le podría pasar estos días. Pero es que en este país sinó vas con un ojo morado al hospital el maltrato psicológico se lo pasan por el forro... y después ya es demasiado tarde... pues al denunciar al maltratador luego sí que éste se vuelve muy violento y empiezan las palizas a la mujer e incluso al hijo.

Nunca olvidemos que la mujer que sufre violencia machista siempre ES la VÍCTIMA. Aunque no lo comunique a nadie, aunque no lo denuncie, aunque aguante esta situación durante años, aunque no quiera o no sea capaz de enfrentarse a su agresor. Porque una mujer que sufre violencia machista se encuentra en una situación vulnerable y, por tanto, nunca se le debe ni se le puede tildar de ser la culpable de un mal que está recibiendo.

Hoy os contaré otro cuento...

LA RANA ESCALDADA


Si introduces a una rana en una olla hirviendo, ésta será consciente de su sufrimiento, notará un dolor intenso, se retorcerá y luchará para escapar y sobrevivir.

En cambio, si introduces a una rana en una olla con agua tibia y la vas calentando progresivamente, la rana se irá adaptando a la temperatura y no se dará cuenta que el agua se está calentando hasto que ya será demasiado tarde. En ese momento, si no es que el agua ya la ha matado, la rana intentará huir de la olla, pero le será muy, pero que muy difícil, ya que el proceso de calentamiento del agua le ha dejado sin fuerzas para saltar. 



Os diré una cosa, para quién todavía no lo sepa. El maltratador no realiza una gran violencia de golpe sobre la víctima porque si lo hiciera ésta se iría immediatamente. El maltractador usa el segundo método del cuento de la rana, compra una olla muy grande y bonita para que la mujer se sienta a gusto y quiera quedarse, al mismo tiempo que va calentando el agua. 

Si nosotros estamos fuera de la olla tenemos dos opciones:

1. "Ah, ¡pues no te hubieses metido en la olla!" (sería ese 40% de españoles del que os hablaba al principio).

2. Darle la mano y ayudarla a salir.

Yo elegí la segunda opción,, ¿y tú?

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