Todos tenemos expectativas hacia los demás y también hacia nosotros mismos.
Cuando se cumplen nos sentimos muy seguros. Pero la vida es muy imprevisible, es un camino lleno de imprevistos y sorpresas de última hora. Y muchas veces no acaba sucediendo lo que esperábamos. Y, entonces, nos sentimos confundidos.
Y ¿qué hacer? Siéntate y piensa qué es lo que realmente esperas de la vida, sin estereotipos, prejuicios ni imposiciones. Quizás y puede que, entonces, quizás, te des cuenta que lo que esperabas no era lo que tú realmente anhelabas.
Buenas noches verdecill@s. Felices sueños.
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