Así de simple, sinó me genera paz no me interesa. Ya no estoy para la gente que me es indiferente. Y, ¿cómo noto que me es indiferente? Pues fácil, cuando hacen algo que me puede molestar, no siento ni enfado ni me enojo, simplemente me harta y paso. Mi respuesta espontánea ante esas personas es la indiferencia.
Al fin y al cabo es cierto aquello que sólo te molesta y te enoja aquello que te dice o te hace la gente que verdaderamente quieres con locura. Cuando sientes indiferencia, señal que ya sólo son otros ciudadanos más de este mundo.
No permitas que la batalla interna de los demás te afecte porque es de ellos y no tuya. ¿Hay excepciones? Sí. Sólo ayudaré a lidiar las batallas de aquellas personas que amo y se lo merecen.
No somos lo que sucedió sinó lo que elegimos ser. Y elijo ser indiferente ante aquellos que siempre acaban buscando crearte guerras dónde sólo hay sus batallas.
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