No hacerlo perfecto no significa que no esté bien, ni que no seamos aptos. Lo que verdaderamente cuenta es que para llegar hasta allí hagamos hecho todo lo que está en nuestras manos y en nuestras capacidades.
Y es precisamente ese afán en querer hacer las cosas tan perfectas lo que muchas veces nos limita a hacerlas, sobretodo cuando no medimos adecuadamente hasta dónde podemos llegar.
Muchas veces menos es más y lo es todo.
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