16 de diciembre de 2022

Pintball

 


Vivimos en una sociedad accelerada. Prisas, prisas y más prisas. Por hacer, por deshacer y por volver a hacer. Y así llegamos a valorar más la cantidad que la calidad. Más Likes, más dinero, más amigos, más rolletes, más, más y más.

Vivimos en una sociedad accelerada cuando las cosas más importantes y más bellas necesitan su tiempo. Como las relaciones humanas. Como una buena taza de chocolate.

Hay cosas que necesitan su tiempo, sus pausas... O, ¿a caso se puede accelerar la lectura de un libro? ¿o se puede saborear bien un manjar engulléndolo sin apenas masticar? Tendríamos que aprender a ser caracol para muchas cosas.

Se necesita tiempo para profundizar. Y con las prisas nos pasamos la vida por alto.

Sigo creyendo que uno de los mayores fracasos de nuestra vida es precisamente eso "no tener tiempo". Por eso suelo escribir sobre ello.

No tenemos el tiempo que tendríamos que tener para todas esas cosas que son verdaderamente importantes o para aquellos que son importantes para nosotros, ya sean hijos, pareja, amistades, familiares...

Por eso considero que dos de las mejores herencias que puedo dejar a mis hijos son la educación y el tiempo. Por eso ojalá dentro de unos años, cuando ya no esté entre vosotros, sean capaces de valorar ese tiempo que les he querido dedicar por encima de muchas otras cosas, y esa educación con la que tanto les doy el tostón contínuamente, no para que sean Einstein, NOOO, sinó porque en este mundo en declive sólo el más fuerte sobrevivirá más o menos bien, y no lo harán precisamente los más "tontos".

El tiempo, tu tiempo, es además uno de los regalos más preciados que puedes ofrecer a los demás. De que te sirve tener el juego de mesa más chulo del mundo sinó tienes tiempo para jugarlo con esas personas.

Por eso aprendí a decir No y a priorizar en mi vida. A veces va genial quedarse una tarde en casa sin hacer nada o disminuir tu vida social unos días. Hay mil y una estrategias para conseguir tiempo para hacer las cosas. Pero la base es priorizar y saber decir No.

Pero para llegar a ello antes debes tener claro que quieres (o no quieres) en tu vida. Y, tú...¿lo tienes claro? o ¿sigues como esa pelotita de pintball a toda prisa dando tumbos de un lado para otros?





 


 

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