4 de diciembre de 2022

Curvas

 


Me considero una mujer de curvas. No, no de esas que a la mayoría de hombres (por no decir todos) os gustan, sinó de esas mujeres irregulares, discontinuas, variables.

Porque hay etapas para aprender y etapas para aprovechar, sacar partido y disfrutar de lo aprendido. 

Etapas para escalar y etapas para observar des de lo alto con la compañía de un buen chocolatito.

Porque hay etapas para labrar, otras para sembrar, otras para cuidar y otras para...recoger los frutos.

¿Qué sería de un huerto si nadie recogiera sus frutos?

¿De qué sirve expandirse si después no se disfruta de esa agrandamiento, de ese crecimiento? ¡Ah, sí! cuando mueras, serás un polvo muy expandido, ¿igual más gordito que el mío?.

Siempre he considerado imprescindible el autoregularse. Y saberlo hacer por uno mismo es todo un logro. El no depender de otros para darte cuenta en qué momento toca cada cosa, lo considero todo un éxito como crecimiento personal. Saber aceptar cuando toca hacer una cosa y cuando otra para mantener tu equilibrio. Vas a un extremo, luego a otro, sin pasarte de frenada...pero de tanto en tanto tienes que mantenerte un tiempo en el centro, ya sea para coger fuerzas, para descansar o para disfrutar de todo aquello que te ha costado tanto conseguir, ya sea a nivel físico, mental, emocional...

Así que sí, me considero una mujer con curvas, con sus subidas, con sus bajadas y sus valles, y eso no lo considero "malo", lo considero sensato, coherente e inteligente.

 

 

 

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