6 de marzo de 2024

Reflexiones


Temes perder a la gente, pero ¿qué sucede si te privas de perder a alguien?
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Viajar



Un día cogí la maleta para explorar esos mundos que de niña anhelaba a través de la ventana. 

Me fui sin rumbo, sin planes. Quería verlo todo, sentirlo todo, vivirlo todo. Desde las montañas más altas hasta las playas más lejanas, desde las ciudades más modernas hasta los pueblos más antiguos, desde las culturas más diversas hasta las tradiciones más arraigadas.

En cada lugar encontré algo nuevo, algo que me sorprendió, algo que me enseñó. Conocí a personas increíbles, que me acogieron, que me inspiraron, que me acompañaron. Aprendí de sus historias, de sus costumbres, de sus sueños. 

Compartí con ellos risas, lágrimas, abrazos, recuerdos. Algunas de esas personas todavía tengo el placer de tenerlas a mi lado.

Y en cada momento me di cuenta de que yo también cambiaba, de que yo también crecía, de que yo también vivía. Descubrí facetas de mí misma que no conocía, fortalezas que no sabía que tenía, pasiones que no esperaba que surgieran. Me enfrenté a retos, a miedos, a dudas, a errores. Me perdoné, me acepté, me quise, me reinventé.

Y así, sin darme cuenta, mi maleta se fue llenando de experiencias, de emociones, de aprendizajes, de recuerdos que hoy comparto con mis seres queridos. Cada una de esas experiencias es una parte de mí, una parte de mi viaje, una parte de mi vida. Y cada una de ellas me hace sentir agradecida, feliz, orgullosa, plena.

Un día cogí la maleta para explorar esos mundos que de niña anhelaba a través de la ventana. Y descubrí que el mundo más maravilloso era el que llevaba dentro y el de la gente que tenía a mi lado.
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5 de marzo de 2024

Perfect

 







Ni una relación feliz es sinónimo de perfecta, ni una relación perfecta es siempre la relación ideal.

 
Por eso una relación feliz es simplemente sentir que es perfecto estar con aquella otra persona.
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Tocarnos

 


 

Ven, abrázame, apriétame con fuerza hasta que casi me quites el aliento.
 
Los fantasmas aparecen cuando te vas, me asaltan los recuerdos y las dudas, todo se rompe a pedazos en esas despedidas y me quedo sola, atrapada en el vacío de tu ausencia.
 
Nos hemos cruzado en noches escondidas, dónde los finales se descontrolan y las emociones se desbordan.
 
Sé que la distancia es un obstáculo, que el tiempo se convierte en un enemigo, que la vida es una incertidumbre y que el presente nos para y nos frena.
 
Pero ni la distancia, el tiempo, la incertidumbre, ni el presente han logrado congelar nuestras ansías de encontrarnos, tocarnos y besarnos.
 
Nuestras singularidades y diferencias son precisamente lo que nos fortalece.
 
Eres mi sueño y mi realidad.
 
Ven, abrázame y no me sueltes jamás.
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4 de marzo de 2024

Cosas de ma, me, mi

 


 

Salir a la calle y que tu hijo te diga:

- Mamá, hoy vas de arco iris?

Te miras y...


Buenos días! Good morning! Con todo mi color!
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3 de marzo de 2024

Dos almas hambrientas

 


Llévame a un rincón de la realidad y atraviésame con tu mirada. Quiero sentir el calor de tu aliento en cada milímetro de mi cuerpo, que cada roce me saque un suspiro con el que detenir las agujas del tiempo, que cada acaricia despierte cada centímetro de mi ser.
 
Quiero que mates a gemidos cada una de mis dudas, que me arranques el corazón a mordiscos, que absorvas mi alma a orgasmos. 
 
Poséeme con la delicadeza del aroma de las flores de primavera y la fuerza de un vendaval. No deseo nada más en este mundo que enredarte entre mis piernas, perderte entre mis pechos hasta que pierdas la cordura.
 
Quiero entregarme al abismo de sensaciones, desvanecerme en ti. 
 
Quiero reducir el mundo entero entre tu cuerpo y el mío.
 
Pérdamonos en el umbral de esta noche.
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De las flores amarillas de cada uno

 



En las altas cumbres, donde el viento aúlla, una mujer vikinga, de mirada apagada y piel curtida, regresa de la lucha, con su espada aún manchada y el corazón cansado de batallas y heridas.
 
Sus ojos buscan un rastro de paz en este salvaje mundo.
 
Y allí, en la montaña, entre la nieve y la roca, descubre unas flores amarillas, pequeñas y frágiles, que brotan en la tierra inhóspita y fría.
 
La vikinga se arrodilla, sus dedos tocan los pétalos, y una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro aguerrido ante el nacimiento de vida en ese lugar ya desolado.
Quizás la lucha no es en vano, que incluso en la batalla más cruenta y sangrienta, la belleza puede renacer.
 
Así que guarda una de las flores en su pecho, como un talismán contra la oscuridad y el frío. La vikinga se pone en pie, su espada al costado, y sigue su camino, con el alma encendida y el corazón mucho más ligero.
 
Porque ahora sabe que, aunque la guerra sea su destino, siempre habrá un rincón de luz en las altas montañas, donde las flores amarillas crecen en silencio, recordándole que aún existen motivos para la batalla.
 
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Cada cuál tiene sus flores amarillas....
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2 de marzo de 2024

Mujer águila

 


Ha amado sin quererse, sin valorarse, sin respetarse. Pero también ha descubierto la belleza de enamorarse, de sentir, de vibrar. Ha sufrido por el amor, pero también lo ha superado. Ha aprendido a quererse, a aceptarse, a perdonarse. Ha encontrado la felicidad en sí misma y en no confiar en la suerte. Ha dejado atrás el pasado, el miedo, el arrepentimiento.

Decidió seguir el vuelo del águila, que le ha guiado donde el Sol brilla y el cielo la cuida. Ha encontrado la paz en el viento, que le abraza y le consuela.

Ahora vuela alto, con elegancia, penetra el horizonte con su mirada y sigue su instinto y su propia mirada.

Vivir, sentir, soñar y volar.
 

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1 de marzo de 2024

Las palabras que elegimos no decir

 


Hay palabras que se quedan en la garganta, que no salen por miedo, por orgullo, por pena o por vergüenza... Palabras que se ahogan en el silencio, que se pierden en el tiempo, que se olvidan o se queman.
 
Palabras que podrían cambiar el rumbo de una historia,
que podrían expresar un sentimiento, una emoción, un deseo.
 
Palabras que podrían sanar una herida, cerrar una grieta o abrir una puerta.
Palabras que podrían ser un abrazo, un beso o un bonito regalo.
 
Pero a veces elegimos no decir esas palabras, porque pensamos que no valen la pena, que no hacen falta o que no importan.
 
Y así dejamos escapar la oportunidad de comunicarnos,
de entendernos, de acercarnos o incluso de amarnos.
 
Quizás deberíamos decir más esas palabras, antes de que sea tarde, antes de que se vayan o antes de que se borren.
 
Quizás deberíamos darles voz a esas palabras, y dejar que fluyan, que salgan y que nos toquen.
 
Quizás...