Queridos Reyes de Oriente,
Vosotros, que atravesáis el desierto bajo el cielo estrellado, siguiendo la luz de un girasol brillante, ojalá trajérais la conciencia y la determinación necesaria para valorar y respetar nuestro mundo. El coraje para que cada cual de nosotros podamos encontrar nuestro propio camino, incluso cuando este sea difícil. Y el aprendizaje de trabajar juntos, en equipo.
Mientras tanto, no dejéis de regalarnos cada año un pellizco de inspiración en este día y... Color y sabor en nuestras vidas. La dulzura de los pequeños momentos felices. Y la sonrisa de un niño ante un caramelo.
PD: si no, con un puñado de golosinas también me conformo
Un fuerte abrazo,
Gaia.
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