Se dice que el fuego purifica a quién lo mira. No sé si será verdad, pero si es así, entonces debo ser de las mujeres más puras que existan. Me atrae el fuego, desde aquellos días bajo la luz de la Luna. El fuego, ese elemento tan bello, intocable e incontrolable. Me motiva lo inalcanzable.
Me hechiza lo imposible. Acercarse lo suficiente sin quemarse es uno de esos imposibles. La vida me ha enseñado que lo más bello, lo que más vale la pena en este mundo, es aquello que cuando estás cerquita, te acojonas, como el fuego.
Sus llamas son sensuales movimientos que cautivan mi mirada durante horas.
Por algo los sagitarios somos... un signo de fuego.
Que paséis bona revetlla. Yo, Gaia, mientrastanto, continuaré avivando el fuego, jugueteando, revoloteando a su alrededor, y ahuyentando a los malos espíritus a petardazos.
Siempre que fijes tu mirada en el fuego, acuérdate de mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario