Cuando llegas a puerto, después de un largo viaje, te sientes feliz, pero al cabo de poco tiempo ya vuelven aquellas ganas de volver a zarpar e ir a descubrir un nuevo lugar. ¡Porque es cuando navegas que te sientes viva de verdad!
Los puertos, los pueblos, las ciudades están bien... pero por encima de todo es el propio viaje lo que merece la pena.
Así que, ¿cómo poner barreras al mar?, ¿se puede poner barreras al mar? ¿Cómo se puede vivir teniendo barco y no salir a navegar?
A veces plantarse y quedarse en un lugar está bien, incluso puede ser genial. Pero el mar siempre te reclamará.
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