"Se calcula que las hormigas del planeta pesan lo mismo que la humanidad. Si desaparecieran, se produciría un fenómeno ligado a la extinción mucho más dramático que el meteorito que acabó con los dinosaurios. En cambio, si se extinguiera la especie humana, en términos ecológicos no pasaría absolutamente nada. Las personas no aportamos ya nada a los ecosistemas. Sólo gastamos, somos los más grandes consumidores y, sin embargo, nadie nos consume. ¿O si…?".
(presentación álbum Mago de Oz)
Hoy en día la Humanidad aportamos tan poco al planeta y sin embargo lo consumimos y destruimos con tanta y tanta facilidad... Ambición, control... nos puede llevar a nuestra propia destrucción.
Tomamos de Gaia más de lo que nos corresponde creyéndonos dueños y señores de cuanto nos rodea. Y sin embargo, ¿qué le damos a cambio? ¿cómo se lo agradecemos? Gaia nos ofreció su mano y nosotros la estamos dejando manca.
Muchos son los que opinan que está cercano el fin del mundo, que no hay nada que hacer y que la mejor opción es buscar un buen lugar, coger butaca y disfrutar del fin. Pero yo me niego a ello. La mayor aventura está en cada una de nuestras vidas y en como queramos vivirlas y por supuesto esa aventura no la podremos Vivir sentaditos en nuestras butacas. No somos indispensables en este planeta, pero ello no quita que quiera seguir oliendo a tierra mojada después de la lluvia, sentir el agua empapada en mi rostro durante las tormentas, quemarme con el fuego y tiritar de frío en invierno. Quiero poder seguir abriendo los ojos cada mañana con la incerteza que nos brinda nuestra madre naturaleza de si hará Sol, viento o estará nublado. Quiero seguir oyendo el sonido de los pájaros mientras os escribo estas palabras y quiero que todo ello lo sigan disfrutando los que aún no existen y que en un futuro se irán incorporando al camino. Así que, alcémonos, cojamos capa y espada y surquemos los mares y quizás así, algun día, encontremos ese viento que sople a favor de una vida respetuosa y sostenible con todo lo que nos rodea, un legado del que nos sintamos orgullosos para regalar a nuestros hijos, un verdadero tesoro. No temo a la muerte, pero me aferro a la vida. El barco está a punto de zarpar, ¿quién se apunta?
Quiesiera ser pirata y con la espada de mi voz, la fuerza de mi tesón y el coraje de mi corazón ir al abordaje de los barcos que llevan por bandera la intolerancia, la falta del respeto y el saqueo de todo aquello que nunca fue suyo
Porque prefiero ser pirata y romper las olas antes que dejarme ahogar por ellas
Que razón tienes Gaia, no respetamos nada ( yo me incluyo puesto que se que tambien abuso a veces).
ResponderEliminarEs una pena ver como nosotros mismos destrazamos nuestro propio entorno.
Si le preguntaramos a alguien si le gustaria que en su casa lo rompieran todo y lo ensuciaran seguramente diria que no...y la respuesta seria: y entonces ¿por qué le hacemos esto al planeta?
Ya que citaste a Mago de Oz te pongo una parte de la cancion "Gaia":
Me vengare y todo el mal que me hagas
yo te lo devolveré
el hombre nunca fue dueño de gaia
es justamente al revés.
Ojalá todo cambie y podamos vivir en paz con "mamá tierra".
Perdon me extendí un poco, es que este tema me toca el alma la verdad.
Un beso y un abrazo!
Si no nos respetamos ni nosotros mismos ni nuestro entorno, nos creemos eternos, indestructibles y luego viene un volcán islandés y nos manda al carajo, con la tecnología y la prepotencia por escombros.
ResponderEliminarNo aprendemos nada, reiteramos los mismos errores, el conocimiento de los ancestros se pierde en la huida hacia la conquista de cada vez más metas materiales.
¿Quepo en tu barco?.
Un beso con olor a canela, Who.
Ya lo decían en Matrix.... somos un virus.
ResponderEliminarComo te sientes al saberte bacteria?.
El problema es que seguimos obtusos, nos reusamos a compensar todo lo que hemos fracturado. A mi si me decepciona nuestro paso, mas sin embargo, siento la resposabilidad de hacer algo por Gaia o Gea que ayude en algo, o por lo menos reduzca.
ResponderEliminarUn abrazo amiga, el verde es vida, y tu labor es tan verde como el color de la esperanza; abrazos inmensos.