21 de noviembre de 2021

¿Cosa de niñas?

 


A veces pienso que soy una niña haciendo cosas de adultos. No es que vaya todo el día con una piruleta en la mano, pero sí que en determinadas cosas actúo como tal.

 
Los niños piensan y actúan de forma muy diferente a la adulta. Ven el mundo con otros ojos. La empatía, el amor, las fantasías,... las rabietas... las cosas no se viven igual ni con la misma intensidad de niño que de adulto. Los que tenéis niños alrededor seguro que sabéis de qué os hablo.
 
A veces pienso que no acabo de encajar completamente en este mundo de adultos precisamente porque hay cosas que pienso y vivo como una niña. Entendedme, no porque sea una irresponsable, una vividora, me importe todo un pimiento y me pase el día en patinete en la calle. No. Sinó porque siento y vivo determinadas cosas como una niña. La forma de divertirme, de pasármelo bien, de entender la vida. Las fantasías. La imaginación. Lo que me hace verdaderamente feliz. Lo que entiendo como el amor, como un concepto mucha más amplio y capaz de tomar formas muy distintas, más allá de las preestablecidas en el mundo de adultos. Y eso puede dañar a la gente de mi alrededor, que vive y piensa como adultos sin comprender mis enfados, mis anhelos o mi frustación. 
 
Puede que en algún momento de mi niñez decidiera bloquear al adulto o que ya de adulta, volviera a mi niñez frustada con lo que veía a mi alrededor. Quién sabe. A saber...
 
A veces pienso que quizás llegó la hora de soltar definitivamente a Peter Pan y Campanilla y ser 100% pirata. Sucumbir totalmente a la edad y al mundo de adultos que hemos creado. Quizás...
 
A veces pienso que es precisamente esa niña que despunta de tanto en tanto lo que me hace sobrevivir y ser feliz en este mundo de locos. 
 
No estoy chapada a la antigua, estoy chapada a la niñez. Y no sé si debería ir al planchista.

 

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