Los pequeños detalles y las actitudes bonitas, aunque sean de corta durada, tienen un efecto que puede perdurar, mejorar o incluso hacer girar en 360 grados el día de alguien.
Tendemos a vivir mirando nuestro propio ombrigo. Cada vez somos más individualistas, pero nunca olvidemos que los pequeños gestos, aunque sea una simple sonrisa a esa persona con la que te cruzas por la calle, también pueden ser Poderosos.
Todos, de una manera u otra, podemos facilitar la vida de los otros.
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