Considero más duro tener que despedirse de "buenas" que de "malas". Es cuestión de entendimiento. Nos es más fácil entender y, lo más importante, aceptar, tener que separarse de alguien con el que no congenias o te hizo daño, que no con alguien con el que te llevas bien, y sabes que os seguís queriendo y apreciendo.
Pero, es que la vida no es blanco ni negro. Ni siempre será como a una le gustaría.
Como siempre digo, la vida es un cúmulo de matices, incógnitas e imprevistos. Miles, millones de matices. La vida no es sólo dos extremos, A y B, por lo que si intentas vivir en ellos te perderás lo importante, porque lo verdaderamente importante, y que te hace crecer y esforzarte en comprender, cambiar y desarrollarte, son los matices. Como el matiz de cada tipo de relación que mantienes con cada una de las personas que se cruzan en tu vida. Ninguna relación es igual a la otra, por eso a veces nos puede parecer muy complicado eso que se llama "tener relaciones sociales". Pero es que ahí está la gracia y el verdadero aprendizaje y enrequecimiento. Y a menudo, son precisamente las relaciones más difíciles las que acaban siendo las mejores maestras.
Y así, un día, mientras recuerdas a esas personas con una alegre sonrisa, te das cuenta que perder de "buenas" a personas que han pasado por tu vida no es un fracaso. Porque te han regalado esos recuerdos que siempre guardarás en el corazón y expresarás con esa sonrisa espontánea.
Y así, aunque esas ausencias duelan, esos recuerdos siempre te harán sonreir. Y guardarás a cada una de esas personas en cada una de esas sonrisas.
Qué bonito es pensar de golpe en alguien y que se te escape esa sonrisa. En esos momentos te das cuenta y aprecias que una de las cosas más importantes con las que puedes llenar la mochila de tu vida es precisamento con eso: esas sonrisas.
Hoy me siento afortunada al darme nuevamente cuenta que tengo personas que aunque ya no estando presentes en mi día a día, me siguen sacando una sonrisa. Cuca, Pep, yayas, avis, Rosa, Ramon, Antonia, Fran, Ariadna, Ester, Miquel, David, Mari Jose, Jose Mari, etc etc....
A algun@s de vosotr@s puede que eso que llaman coincidencia vuelva a cruzarnos por sorpresa en el camino. A otros iré a veros nuevamente algun día. A otros nunca más volveré a cruzármelos en esta vida. Pero cada uno de vosotros me habéis dado uno de los regalos más importantes y que más valoro en mi vida: recordaros siempre con una sonrisa y cosquillas en la barriga.
Afortunada de haberme cruzado con vosotr@s en esta vida. Afortunada de todos los momentos pasados con vosotros.
Que la vida os regale personas de sonrisas, dulces y sabrosas como una buena taza de chocolate caliente en una tarde de invierno.
Buenas y sonrientes días, verdecill@s.
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