Llorar también es sano y ayuda a sanar nuestro corazón, dónde hay dolor hay aprendizaje y dónde hay abuso hay límites.
Aunque a pasos pequeños, he ido aprendiendo a pedir lo que necesito, a expresar mis emociones.
Amo sin esperar cambiar a nadie y mucho menos para creerme mejor.
Si deseo volar, busco mis alas, esas que he ido construyendo a base de cada una de mis vivencias y de reconstruirme el corazón roto una y otra vez, para así volar hacia un lugar mejor.
Y con esas alas, volar y volar, en busca de nuevas experiencias capaces de calmar mi sed de odio o tristeza.
Siempre intentaré volar alto y feliz con quienes elijan volar conmigo, aspirando a un mundo libre de culpas y cargas que no nos dejan sentir el verdadero amor.
Me encontrarás en lo real, en lo positivo, en el amor, en el progreso.
Me encontrarás volando, a veces con alas maltrechas, otras con unas alas deslumbrantes, volando en esta corta, larga o eterna vida. Y si algún día se me resquebrajan del todo, no me quedará otra que seguir este viaje... andando, a veces llorando, a veces sonriendo, a veces cabizbaja, a veces a lo loco, hasta volver a reconstruirme las alas. C'est la vie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario