"Cree en ti y todo será posible"
"Puedes llegar a ser todo lo que te propongas"
"El fracaso no es una opción"
"Un día sin reir es un día perdido"
Y así os podría nombrar decenas de frases denominadas de "autoayuda", aquellas que te piden que hagas siempre buena cara cuando tienes roto el corazón o el aliento hace días que se quedó apagado.
Frases que te empujan a esquivar el dolor, que nos quieren hacer pensar que somos superhombres y supermujeres y que somos capaces de controlar lo que sentimos... je.
Manipulación emocional, tal cuál.
Porque muchas veces, aunque quieras, no puedes.
Otras, aunque luches mucho no lo conseguirás, porque no todos los sueños se acaban cumpliendo. El fracaso también existe, queridos verdecill@s. Y hay que saber lidiar con él y gestionarlo para darle otra perspectiva. Y a mí me costó mucho aceptar el fracaso, pero desde entonces me siento mucho más a gusto.
Así que cuidado con la moda de la autoayuda, de la perversión de la autoayuda, y de lo peligroso que puede ser si nos situamos en ese extremo, igual que también lo sería situarnos en el opuesto, convirtiéndonos en unos apáticos, sin sueños ni esperanzas.
Busquemos el camino discreto que hay justo en medio.
Y aquí estoy yo. como una cabra loca saliendo esta tarde con fiebre a recorrer senderos por la montaña cuando hace más frío que un esquimal cagando cubitos (perdón por las palabras malsonantes, cosa de catalanes hablar así). Sí, porque antes que me "mate" el resfriado que llevo arrastrando hace días, lo mató yo a frío o a palos. Lo siento, pero tenía que hablar de él, es que le estoy cogiendo hasta cariño del tiempo que estoy pasando con él.
Ya está, ya me he ido nuevamente por la tangente. Pues eso.
Busquemos el camino discreto que hay justo en medio, ni superwomans ni supermierdas. Chim pon.
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