Muchas veces, es precisamente cuando ponemos consciencia en querer vivir un día diferente para hacerlo especial, que nos hace darnos cuenta que siempre tenemos diferentes opciones, y bien distintas, para elegir y no dejarnos caer en la trampa de la rutina.
Esa rutina, día tras otro, llevada por las costumbres o las inercias, nos lleva a vivir días de 24 horas que pasan y punto, uno tras otro, sin pena ni gloria.
Intentemos hacer de cada hora un gozo, con sus minutos y segundos: irrepetibles y llenos de Vida.
Para hacerlo sólo hace falta ser consciente del día a día, de todo lo que hacemos y nos rodea y de todas las alternativas que se nos presentan en cada nuevo día.
No, no soy capaz de ser Consciente de ello las 24 horas del día. Está claro que soy despistada incluso para ello, y suelo olvidarme de ser consciente en muchas partes del día. Supongo que la falta de práctica o de no haber dedicado el sufienciente tiempo en ello ha hecho que no se me haya todavía interiorizado.
Son esos momentos irrepetibles los que están más llenos de Vida. Y cuando digo Irrepetibles no me refiero a viajar al otro lado del mundo o a pasarse una semana en un hotel de Hawai. Puede ser simplemente una charla con alguien, un juego con tus hijos o la lectura de un buen libro.
Y oye, que hay hábitos, rutinas, que me apasionan. Aunque reconozco que romper también con ellas me abre también una ventana de aire fresco para descubrir cosas nuevas y experiencias que podrían ser todavía más enriquecedoras.
Llenemos la vida de un amplio abanico de posibilidades a escoger con esa libertad intrínseca con la que nacimos, y así evitar que sea la rutina la que nos informe que ha pasado un día más en nuestras vidas, sin pena ni gloria.
Quiero llenar cada día más mis horas de esos instantes.
Palabrita de Gaia.
La Rutina nos hace olvidar la Libertad.
Y ahora me pregunto y os pregunto: y si aprendemos la rutina de ser libres y hacer rutinaria la libertad?
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