Cada cuál escribe su propia vida,
impregnada en tinta de sudor y lágrimas,
alegrías e ilusiones.
Las casualidades se dan porque hay unos hechos que las preceden,
y me excita pensar que desconozco las que me depararán el futuro.
La incerteza de la vida, que te hace herbir la sangre, tambalear el corazón y sentirte viva.
Seguiré recorriendo con mi mirada las estrellas,
acariciando las ramas del camino,
y guardando en el cajón aquellos recuerdos sin olvido.
Y siempre, siempre, optaré por quedarme con las sonrisas.
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