Uno de los regalos que, a día de hoy, para mí es de los más preciados, sobretodo en un mundo tan repleto de pantallas y de ruido, es ver y escuchar.
¿No es un regalo sentir que alguien te ve y te escucha? Pero no verte de refilón o escucharte cómo música de fondo. Sinó de forma consciente y presente. Sentirte escuchado y visto.
Muchas veces nos perdemos ante cosas lejanas cuando lo importante lo tenemos ya a nuestro lado.
Así que mirémonos y escuchémonos más. Estemos presentes no sólo para nosotros mismos sinó también para los demás.
Mi propósito es hacer presente, conscientemente, cada momento de mi día a día. Y no olvidarme de la importancia de ello.
Escuchémonos. Veámonos.
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