- Mamá, un día tenemos que ir a ver delfines al fin del mundo.
- ¿Al fin del mundo?
- Sí. ¿Tú sabes dónde está, no?
- Pues, la verdad, dicen que el mundo nunca se acaba, es infinito, así que no existe el fin del mundo.
- ¿Infinito? ¿no se acaba? lo que pasa es que nadie lo ha debido descubrir todavía. ¿Lo hacemos nosotros y así vemos los delfines?
- Vale, de momento, anoto para el el próximo viaje que estoy preparando una exploración a buscar delfines, ¿vale? y lo de ir al fin del mundo, también me lo anoto en la lista que tenemos.
- Vale. Tengo hambre, ¿tienes algo en la mochila?
No, por favor, ahora empieza también el pequeño de la casa a hacerse también preguntas "filosóficas". Necesito un filósofo en la familia, y de forma urgente, para que me saque de estos marrones jaja.
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