El pasado pudo haber sido bueno, malo o indiferente. Lo que elegí en cada preciso momento fue lo que creí conveniente. Algunas cosas salieron mal, otras regular y otras nefastas. Pero de las lecciones del pasado nace la sabiduría del presente.
De los desaciertos nacieron lecciones. De los retos surgieron nuevas oportunidades, que al final pude o no alcanzar. El dolor me enseñó lo que es amor. Y lo peor me forjó.
Del pasado nació mi presente y de mi presente nacerá mi futuro.
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