Estos días intentamos adornar con luces nuestras penas cuando la verdadera luz no reside ni en las guilnardas navideñas ni en los árboles adornados para tal ocasión, sinó en aquellos que nos acompañan a su alrededor. La luz más importante no es la que desprenden los Leds sinó el calor que te regalan aquellas personas importantes a través de su compañía, sus palabras y sus buenos deseos, ya sea a corta, media o larga distancia, durante un rato o todo el tiempo.
Me despido de este año todavía llena de mocos, con los huesos quebrados y con una cabeza a la que parece que le han metido toda una brigada de paletas dando golpes a una pared. Pero no voy a despedir este año hecha a trizos, cabreada ni triste. Hoy me he levantado, he abierto el armario y me he vuelto a vestir de rosa. He conectado el Spotify a todo volumen con la Orquestra Di-versiones y nada ni nadie va a evitar que siga mi camino, no viendo el vaso medio lleno o medio vacio, sinó con las mismas ganas de siempre de llenarlo. El 2022 seguro nos traerá nuevas oportunidades. Aprovecharlas, estará en cada una de nuestras manos y yo las mías ya las tengo preparadas.
Ojalá todos consigamos tener una visión del futuro esperanzadora y humana, sin dar la espalda a los que nos necesitan ni a los obstáculos que puedan surgir y mirando siempre hacia delante con chispas de ilusión que nos llenen la mirada.
Buen viaje 2021, buen camino 2022.
PD: si alguno de vosotros estais un poco deprimidos, avisadme y os llevo a uno de los conciertos de esta super orquestra que es capaz de animar al alma más decaída. No, no cobro comisión de ellos, pero es que ir a sus conciertos siempre me ha hecho levantar el ánimo, el alma y el ¡espíritu santo!
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