10 de diciembre de 2021

No, no siempre se puede

 


Hoy en día tenemos muy arraigada la idea que todo es posible, que podemos con todo, como si fuésemos superwoman o superman. Como si este mundo hubiese sido creado para satisfacer y regalarnos todo cuánto queremos. Como si todo aquello que nos propongamos estuviese al alcance de nuestras manos si realmente lo deseamos.   

Y así, educados de esta manera y bombardeados contínuamente con este mensaje a través de redes y demás medios de comunicación, nos creemos el "todo es posible" y cuando resulta que no lo es... ¡demonios! descubrimos algo que hasta entonces no habíamos trabajado: la frustación.

La creencia del todo es posible, es un arma de doble filo. Por un lado te da fuerza y ganas para luchar por lo que deseas. Pero por otro lado puede llegar a ser trágimanente dañino y conllevarte una gran carga emocional.

En muchas ocasiones, no, no podrás con todo, y permitidme deciros que eso también está bien. Igual que la vida cobra sentido con la muerte, el éxito cobra sentido gracias al fracaso. No eres un fracasado ni tu vida es un fracaso por no conseguir todo cuánto deseas. 

Liberarnos de esta carga que significa el creer que todo es posible es un gran autoregalo. Permitámonos el no poder, el no llegar, el no conseguir. Tus límites también forman parte de tu vida.

No todos somos iguales, no todos fuimos paridos del mismo modo, no todos tendremos las mismas oportunidades y no todos podremos conseguir lo mismo. 

No te conformes, pero acepta cuando algo no lo consigues. Aquí es donde cobra más sentido aquello de "lo importante no es la meta sinó el camino".

Soy consciente que no, no es fácil aceptar, sobretodo para alguien tan cabezota, perfeccionista y obstinada como yo, pero... de todo se aprende...



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