Por mucho que me muera y vuelva a nacer, ardería en el fuego de tus ojos una y otra vez. Siete vidas no serían suficientes para explorar cada rincón de tu alma, para descubrir los secretos que escondes entre susurros y miradas furtivas.
En esta guerra de sentimientos, puedo perder mil batallas, pero siempre lucharé a tu lado. Eres mi aliado, mi refugio en medio del caos. Eres el golpe que rompe las cadenas, liberándome de mis miedos y dudas. Juntos, somos invencibles.
Tu sonrisa es mi medicina, curando las heridas invisibles que cargamos. Eres la solución a mis noches en vela, la melodía que calma mi alma inquieta. Cuando nuestros ojos se encuentran, la cerradura se desbloquea, y el mundo exterior desaparece.
Eres mi ejército, valiente y sin retirada. El rayo de Sol que ilumina mi oscuridad, la razón por la que lucho. En tu puerto, encuentro refugio, anclando mi corazón en tus latidos.
Siempre que he caído, una luz ha llegado desde el más allá. Siguiéndola, te he encontrado, y ahora, por mucho que muera y vuelva a nacer, arderé en el fuego de nuestro amor. Quemaría siete vidas para volver a conocerte, para seguir luchando juntos en esta guerra de almas entrelazadas, de esta conexión profunda tejidas con la misma tela.
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