Siéntate tranquilamente un rato, observa y siente...
Tú, mujer, alguna vez te has parado a preguntar ¿a cuántos de los hombres que han pasado o están en estos momentos pasando por tu vida de verdad les ha importado o les importa cómo estuvo tu día, conocerte profundamente, saber de tus gustos, de tus valores, probar si hay química ...?
¿cuántos de ellos estarían dispuestos a pasar horas en conocerte de verdad?
En tu vida conocerás a muchos hombres patanes, eso es inevitable, por eso no permitas que cualquier hombre conozca tu lado tierno o tu lado atrevido, ni mucho menos tus entrañas. No lo regales a cualquiera que no lo valore. Conocer la parte más romántica y más erótica de uno, conocer sus entrañas, debería de ser todo un privilegio, un privilegio no apto para mediocres.
Si alguien no te trata como te mereces, vete, vete sin dudarlo, ya vendrán tiempos y hombres mejores, abrazos mejores, sonrisas mejores...
Con el tiempo te darás cuenta que como en todo, lo importante no es la cantidad, sinó la calidad. La calidad de esas personas que intentan entrar en tu vida.
Una cosa es vivir libremente la sexualidad, compartir un sexo igualitario y consentido. Y otra muy distinta es vivir tu sexualidad con hombres que no te da tu lugar.
Que tu hielo no lo derrita un fogonazo sinó aquel calorcito como el de una tarde junto a un fuego a tierra.
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