A veces las situaciones te sobrepasan. Y hasta aquí aguantas. Y explotas. Y de la ira pasas a aquel llanto que te resquebraja hasta las entrañas. Diambulas durante un buen rato entre la ira y el dolor, el cabreo y la tristeza, el fruncir el ceño y las lágrimas. Diambulas de un extremo al otro, atravesando los colores de cada una de las emociones, hasta que vuelves nuevamente a esa paz que te aposenta en el equilibrio, ese en el que eres capaz de reflexionar más fríamente y tomar una elección distante y objetiva.
En la vida no todo son sonrisas, en la vida no todo son lágrimas. Somos pequeños volcanes, a veces latentes, a veces en plena ebullición. Intentar contelerlos nunca te aportará ninguna buena solución. Así que, explota cuando tengas que explotar, apacíguate cuando tengas que calmarte y deja que ese volcán se exprese cuando quiera contarte algo.
Qué es la vida, sinó Sonrisas y Lágrimas? Qué es la vida, sinó un volcán?
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