Si
guardamos nuestro Corazón en lo más profundo de nuestro ser, en
rincones inaccesibles, cerrado a cal y canto entre cuatro paredes y
candado de alta seguridad, será precisamente porque lo consideramos
nuestro tesoro más preciado.
Pero, ¿qué valor puede tener un tesoro si no se comparte? ¿Para qué sirve un tesoro si no se usa y no se comparte?
Por eso a veces es necesario romper paredes y abrir candados, para mostrar el Corazón y compartirlo.
A veces hay que atreverse a dar ese primer salto de valientes.
A veces es necesario mostrar nuestro corazón, por mucho que nos cueste...
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