De las pocas, poquísimas películas que me han encogido el alma, machacado el corazón y conseguido mojar mis ojos.
Una película que de principio a fin te mantiene encogido el corazón y el lagrimal húmedo. Te toca esa fibra sensible como madre y plasma en la gran pantalla uno de los mayores miedos como madre y lo que más triste te podría poner, dejar a un hijo sin ti y verle sufrir por ti. Sin lugar a dudas de las pocas películas que me han hecho sentir tan mal, pero le doy un diez por el puñetazo de sensaciones y emociones que nos da.
Cuando eres madre pasas a temer a la muerte no por ti sinó por no poder continuar acompañándoles en su incipiente camino.
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